Advertencia

Este blog NO es el blog del Médico Juan - Ignacio Reculé Rivera. Si usted busca a ese facultativo, puede encontrarlo AQUÍ.
Mostrando entradas con la etiqueta Sobre Mí. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Sobre Mí. Mostrar todas las entradas

14 de octubre de 2013

El destapador de Pablo

Pablo fue a Italia y me trajo un destapador. Yo soy el típico sujeto que no tiene destapador de llavero y por lo mismo, siempre anda necesitando que lo ayuden a abrir su cerveza en casa ajena, lo cual es un episodio poco elegante pero no lo suficientemente desagradable como para movilizarlo a conseguir el mentado adminículo. ¿Para qué quiere uno un llavero? Digo, si uno tiene un llavero, es porque ese llavero tiene más de una llave. Así, cada llave puede actuar como el "objeto-llavero" de la otra.
Ésa siempre ha sido mi aproximación al tema de los llaveros, pero en general, no siendo un tópico de alto trajín ni polémica, no suelo poder conversar de ello, y ese es justamente el propósito de este blog.

De todos modos, el llavero es lindo, y destapa botellas de cerveza. Lo inauguré con una Austral Calafate, que debe ser la mejor cerveza posible (admito una discusión respecto de las Gulden Draak.), pero sigo sosteniendo firme mi oponión sobre los llaveros y tal, el destapador figura en un lugar privilegiado de mi cocina, que es donde se destapan las cervezas en mi casa.

8 de octubre de 2013

Difusión

Ayer (esta entrada tiene una semana de añeja, así que haceunasemana...) me tocó (a mí en la vida las cosas me tocan, lo que sucede es que mi gestor cultural es un tipo realmente movido) ir a presentar mis proyectos de investigación en una feria de investigación joven.
Fue un asunto de lo más ameno. Por un lado, estaban J. y J., cada una más bonita que la otra, anfitrionando. J. (por favor no confundir con J.) alta, trigueña, de voz grave (pero sin esa cosa ABC1-cigarrillesca que tienen tantas nenas de mi Universidad), vestida con unos jeans verde agua que le quedaban flor, y - lo siento respetable público, merece mención - unas pechugas de júbilo; J. en cambio era más como una muñequita de cintura perfecta, rubiecita y hechita a mano, pero con el detalle de unos lentes que le quedaban right the way JI likes them.
Ya hubiera sido bueno sólo con ellas. Pero fue mejor. yo iba con mi PC humildemente (yo iba humildemente, el PC no tiene nada de humilde, ¡gracias departamento de psiquiatría!) a presentar algo que me parecía ni tan entretenido: después de todo, los proyectos están en curso y todavía no tengo resultados duros qué mostrar.
Pero algo tiene eso de creerse lo que uno está contando. No me esperaba el nivel de interés que suscitaron mis pastabaseros y los ganglios de la base. No me esperaba el nivel de discusión que se generó; no esperaba ná, seamos francos.
Parece que esto es lo que me gusta en la vida: hace difusión. Explicar cosas, cosas que me gustan, cosas que me interesan. Duchamp agarró un urinal, lo dio vuelta, y dijo que era arte, porque él lo ponía en la exposición. Y punto. Quizá en todo funciona un poco así. No hay cosas interesantes, hay ámbitos de interés; el rol del curador es el divertido, elegir qué se eleva hasta ese ámbito, a hacer juego, a dialogar con las otras cosas interesables

6 de octubre de 2013

Encuentro

Ayer iba caminando (no recuerdo qué día fue, pero fue la semana pasada, así que valorícese la palabra "ayer" de una forma semi-poética, referente a lo sido, más que a las 24 horas que preceden lo que está siendo) (noto en mi escritura una alevosía marcada contra la temporalidad, tanto en la latencia del evento al texto, y del texto a la publicación, como de la referencialidad del texto al evento; ¿qué pasa, padre tiempo? ¿nos desfasamos? ¿se me dislocó un día, como a Steven Wilson?) (Minkówski describe a un enfermo con subducción mórbida en el tiempo que había puesto un día vacío, un "día tapón" según sus propias palabras, entre ayer y hoy día, y entre hoy día y mañana, para que la fecha no lo afectara, para que el correr del tiempo no fuera tan vertiginoso y él pudiera dedicarse a sus asuntos sin la náusea del tiempo que se sucede, violento) (Ayer iba caminando…) por la calle de las Monjitas (notable que el imaginario popular no le pueda poner "Monjas" a la calle. Monjitas. Delicadas, virginales, ausentes de la realidad, no son personas, son personitas.) (El para-texto, lo sé, está interrumpiendo al texto. Pero no se me ponga dificultosa, sra. lectora) (¿es usted un varón? ¿por qué debiera sentirse más molesto por el sra. lectora de lo que una varona debiera sentirse por el sr. lector? ¿ah?) (… Ayer iba caminando por la calle de las Monjitas…) y me tropecé con G.
G. es más bien mediana-standard, escasa de melanina, ojos azul-celestes, lentes, pelo negro bonito chasquilla, delgada pero con todos los accesorios necesarios, y habla rápido. Dibuja acá. La conocí en la calle. Nos hemos encontrado tres veces en la calle. That ain't normal.

Esa es mi historia de hoy. Últimamente estoy por la micrografía, usted verá como engarza eso con mis otros textos y le sale un todo significante. Reculé es exigente con el lector.

15 de septiembre de 2013

Refugiado



Esta canción es buena, eso no es secreto. Pero de vez en cuando uno escucha los temas buenos de siempre y le pone atención a un acorde, a una línea en particular...

D. critica mi estilo disoluto de vida (jajajaja, ojalá llevase un estilo disoluto de vida), pero I find shelter, in this way / Under cover, hide away; lo que me preocupa es que eso le preocupe a tanta gente tan distinta, porque no es sólo D. Aunque a D. le creo más que a la mayoría de la gente, eso es lo que pasa.

¿Estoy escondido de algo? qué paja ser taaaan posmoderno que juego a las escondidas conmigo mismo, me da el insight para ser como un cazador recolector no más. No estoy donde quiero estar, de acuerdo; pero eso no significa que esté en un mal lugar.  

¿Se puede estar inmóvil por rodearse de impedimentos? ¿Qué opina usted, señor lector? ¿alguna vez le han dicho "lo que voh tenís que hacer es dejar de hacer esa weá que estai haciendo"? // pero si me gusta lo que estoy haciendo // pero no te hace bien poh, voh te vay a dar cuenta.

Pero como este post sólo tiene de buena la canción, mejoramiento instantáneo:

Existe un molusquito que se llama Elysia chlorotica. Es un humilde animalito, que se alimenta de las algas del litoral. recibe el lindo nombre de babosa esmeralda, por su color verde intenso.

La Elysia puede adaptar los cloroplastos de las plantas que consume y hacer fotosíntesis con su propio cuerpo. Así es. Animales autótrofos. Imaginen cuando los veganos aprendan esto. ¿Humanos verdes? sure thing.



I find shelter, in this way
Under cover, hide away
Can you hear, when I say?
I have never felt this way

Maybe I had said, something that was wrong
Can I make it better, with the lights turned on
Maybe I had said, something that was wrong
Can I make it better, with the lights turned on

Could I be, was I there?
It felt so crystal in the air
I still want to drown, whenever you leave
Please teach me gently, how to breathe

And I'll cross oceans, like never before
So you can feel the way I feel it too
And I'll mirror images back at you
So you can see the way I feel it too

Maybe I had said, something that was wrong
Can I make it better, with the lights turned on
Maybe I had said, something that was wrong
Can I make it better, with the lights turned on

Maybe I had said, something that was wrong
Can I make it better, with the lights turned on

14 de septiembre de 2013

Tengo el Sex Appeal Mal Tuneado

En las últimas tres semanas:
- Me preguntaron si yo y D. vivíamos juntos (D. es un hombre de 1,90, rubio de ojos celestes). Cuando respondí que no, me dijeron "ah pero igual son pareja"
- Salí a trotar: un tipo que iba trotando en dirección contraria se mandó esta joyita: "pero si no es lo más guapo de esta noche".
- Otra de otro trote: Un sujeto en auto bajó la velocidad con el simple propósito de tirarme un beso.

Universo, what the fuck is this shit? ¿No podrían ser unas minitas?

Santa Kaya Scodelario, Ora pro nobis

10 de septiembre de 2013

Carta Abierta a Elena de Troya

 Elena:

                Tu acta de nacimiento es un poema fechado 2009. Decir Acta de Nacimiento es elegir un punto de una recta que ya venía larga: tu nombre existe desde remoto (pero con hache, porque eras Helena de los Helenos), y sobre todo existía ya en mí el hambre, la duda, la búsqueda, como quieras llamar a esa cosa fluida y móvil de la que vienes.

                Tu defunción oficial es un poema del 2013. Con ése quise matarte bien muerta, Elena, como mata el Raid, y por un tiempo supe que lo había logrado. Sin embargo, el advenimiento de V. y toda esa estampida interna (generalmente se diría de mariposas, pero puedes elegir al lepidóptero que te plazca) puso en evidencia que estás allá afuera, dando vueltas, y que en cualquier momento…

                Sin perjuicio de lo mucho que nos conocemos (probablemente eres mi mitología más recurrente), ésta es – lo dice el vistoso título allá arriba – una carta abierta, y las probabilidades de que leas esto, sea como V. o en alguna otra variante que no conozco, son bastante más reducidas que respecto a cualquier otra persona, y esa cualquier otra persona necesita un poco de orientación porque o si no no se entiende nada. ¿Quién eres, Elena de Troya?

                El destino tiene asociado inexorablemente las nociones de unicidad y de inevitabilidad, y eso es justamente lo que no eres, Elena. No tengo una palabra que sirva cuando pienso en ti pienso en los términos cristal, presencia, temor, absoluto, y tu nombre: Elena de Troya. Eres el destino múltiple, y el destino que puede no ser; eres lo que debiera suceder pero puede fallar, un deber ser que se reconoce variado, matizado, dinámico. Eres una mujer, eso está claro. Lo que es más difícil de explicar es que eres muchas mujeres, y que puedes ser esas muchas mujeres en forma simultánea o secuencial, yo no estoy seguro.

                Está claro que V. existe, y que eres tú. Es difícil hacerme creer que yo no decido quién es Elena de Troya, yo solamente me doy cuenta, y esa mujer que es Elena de Troya algo me patea adentro, en algo me increpa, algo me recuerda sobre lo que yo soy, la forma de mí mismo, no lo tengo claro pero es una pregunta y una provocación. Eso me hizo V.. Eso y hacer notar que estás viva, Elena, tan viva como siempre.

                Ahora tengo que producir algo positivo de esta ansiedad, y estoy escribiéndote esta carta. No mereces ninguna explicación, pero yo merezco poder darla: Te maté porque pensaba que ya no existías. Mantenerte así, en el limbo de lo vivo, me parecía un ejercicio del espanto, y lo concluí en consecuencia. Pero si estás allá cazando lobos vestida de todos los vestidos que puede llevar Artemisa, Elena, por mucho que yo patalee vas a seguir apareciendo y el que tiene que cambiar soy yo, no tú. Seguir haciendo agua cada vez que me sonrías parece poco adaptativo, y como dijo un amigo tener todas esas exigencias con esa tolerancia tan baja a la frustración es la mejor receta para ser infeliz.

                No es muy creativo decir que Elena de Troya es hermosa. Los griegos se pasaron 10 años quemándose unos a otros por ti. Lo que se me ocurre ahora es aprender a lidiar con tu existencia; supongo que el hecho de haber podido matarte debiera enseñarme que se puede vivir sin ti, y con eso, también debiera poder vivirse contigo. 

                Quizá algún día te inclines sobre mí, desde alguno de tus rostros, y me susurres al oído la palabra secreta que me signifique, que me explique por qué cuando entras en el círculo que alcanza a tocar mi alma siento como esta inquietud dentro, esta necesidad de batir alas, de darte a una pregunta que no has hecho la mejor y más definitiva de las respuestas.

Con todo el cariño del Mundo,
Juan - Ignacio

Mariposa Alas de Pájaro de la Reina Alexandra (Ornithoptera Alexandrae)


7 de septiembre de 2013

Determinismo

Time to resurrect.

En el Hospital Sótero del Río acabo de rotar (viles mentiras: hace como 3 meses roté) por la Unidad de Corta Estadía Psiquiátrica. Las cortas estadías son la respuesta actualizada al enfoque hospitalario de atención de salud mental. En el pasado, los locos estaban instantáneamente fuera del mundo, de la sociedad, y el mani-comio (diferenciado así del hospital, que es el noso-comio: donde descansan las locuras y donde descansan las enfermedades, respectivamente) estaba en las afueras de la ciudad, segregado, y se planteaba como un destino final, el punto de llegada de una historia trunca vital que no volvía a movilizarse más.

El advenimiento de la antipsiquiatría obligó a replantearse el rol de la patología mental en la sociedad, y la responsabilidad de ella en su manejo; así, las largas estadías se transforman en el signo de todo lo vil, lo abyecto de la medicina, y se incorpora el concepto de corta estadía (patología de urgencia mental, a resolverse en forma breve, aproximadamente un mes de estadía), mediana estadía (patología muy severa y de gran desajuste, desde meses a un año de intervención) y “nueva” larga estadía (enfermos con gran incapacidad de funcionar, requiriendo hasta tres años de intervención para reincorporarse paulatinamente al mundo). De paso, por edicto de pluma, se borra del mundo a los enfermos crónicos – típico positivismo de primera mitad del s.XX, la ciencia puede todo. Las “estadías” deben ser parte de los hospitales comunes, para recordar que la salud mental no es tan distinta de la salud mental, o el ala donde nacen niños.

Eso es una corta. La corta del HSR es un centro de 18 camas, 3 psiquiatras, 1 psicólogo, 1 asistente social, 1 terapeuta ocupacional, un cuerpo de enfermería con turnos de rotación, y personal de apoyo. Con eso, por un tiempo se esperó que cubriesen al millón y medio (sí, son 83,333 pacientes por cama) de pacientes que corresponen al HSR. Claro, el millón y medio de pacientes no tienen todos patología mental. Pero casi.

De los pacientes de la Corta, el 38% reciben el diagnóstico de Trastorno de Personalidad (¡ejem!, datos 2013, por el grupo de Reculé, Jeria, et al). Un trastorno de personalidad es una estructura rígida de reacción frente al mundo, que se vuelve desadaptativa, y causa disrupción en el desarrollo vital de la persona y de quienes le rodean. Esa persona que piensa que todos le quieren hacer daño, y se aisla y no tiene amigos y se siente herido cada vez que le hablan; esa mina de mierda que tiene 15 años desde siempre y todo es un drama con llanto y cortado de venas; ese desgraciado que manipula a todo el mundo, comete crímenes, golpea y amenaza de muerte sin remordimientos de ningún tipo: todos esos son probablemente personas con TdP.

Hay un tipo particular de TdP: el antisocial. Simplemente, estas personas son malas. Estoy simplificando, porque este es un abordaje no-técnico y no-filosófico. Pero son la encarnación del mal, y en el Metropolitano Sur Oriente, hay demasiados.
Después de enfrentarme a esos pacientes, después de enfrentarme a las historias de esos pacientes, después de enfrentarme al ambiente de esos pacientes, asomó su carita infeliz esa pregunta cabrona:

Esta gente… es mala porque es pobre, ¿o es pobre porque es mala?

¿Por qué la patología mental se concentra? ¿Por qué los pobres tienen más esquizofrénicos y menos bipolares? ¿Por qué los trastornos de personalidad de tipo antisocial son más violentos mientras que los “de barrio alto” son más estafadores?. Hipótesis terrible: Quizá partimos todos iguales, y la segregación se fue dando en la medida que los seres “dañinos” se concentraban entre ellos, segregándose del ciclo social. La pobreza no sería el origen: sería el resultado de la patología psiquiátrica, con el daño transgeneracional que hace.
¿puede ser esto así?

Pues estuve pensándolo un tiempo largo. Tiene su lógica, la persistencia de la pobreza se debe al abuso de los no-pobres... y a la complacencia - arreactividad de los pobres. La condensación de la patología mental podría explicar un círculo infinito de violencia, deformación, pobreza vital, e incapacidad de cambiar el modelo.

Mientras celebraba el cumpleaños de mi hija Sofía, un grupo de sus amiguitos (estamos hablando de niños de 6 años) consideró que el juego más entretenido disponible era hacer chocar los juguetes hasta que se rompiesen. Pensé en mis pacientes, pensé en el determinismo, pensé en que estos niños con oportunidades culturales muchísimo más ricas igual tomaban la opción por la violencia, y que ése era el juego al final: que la biología saca uno violento cada cierto tiempo, y ese inexorablemente se pelea con la comunidad y desciende a la pobreza, a engendrar hijos a quienes criará mal, en la carencia intelectual, afectiva, y económica, para generar una casta dañada, una casta que no puede salir de su hoyo porque el hoyo está generado por su existencia, y no al revés.

Todo esto mientras explicaba a los niños que no puede ser que elijan ese juego, y esas vainas, que los juguetes son de todos y tienen que servir para que otros más jueguen... y entonces tuve un relampaguito de claridad, recordé el rol que me gusta ejercer en esta vida, y me propuse plantearles una alternativa: había un juego de trenes, y les enseñé a construir pistas.

Estuvieron construyendo pistas de trenes toda la tarde. Makes me wonder.


31 de julio de 2013

JI's fully interesting life

Son las 1:22 de la mañana. Hace frío, y la noche se deja reflejar por una neblina tenue que humedece todo lo que se mueve. Es Kennedy con Manquehue, es el medio de la nada y un vacío de microbuses que comienza a prolongarse y hace sospechar... que el anhelado transporte público no llegará.

Es la noche, es el frío, es la espera. Es el foco blanco que ridículo se esfuerza en seguir siendo un pequeño sol en medio de la oscuridad que envuelve todo y hace que el frío sea más frío.

Pero también es una luz solitaria que se acerca. Fuera de pantalla decía Corro, cuando trataba de enseñarnos sobre apreciación cinematográfica y en nuestras cabezas rebotaba pueden sonar algunas cosas, y ustedes van a saber de inmediato que viene un camión frenando, por ejemplo, y que va a haber un choque; o balazos. Esto es más que el sonido, e imaginar lo sucede; son códigos, es un lenguaje que está validado por la repetición y así mismo el foco solitario viene etiquetado moto, porque un foco solitario que suena así no puede sino ser una moto, y cuando se acerca a mí y mi foco la moto empieza a ser menos luz solitaria y más moto, incluso motocicleta, y en la motocicleta un bulto y luego ya no bulto sino hombre en una motocicleta, hombre que decide ir bajando la velocidad en forma paulatina y calculada, y entonces motocicleta y hombre en motocicleta se detienen justo en frente a mí y

- Hola, estoy perdido, ¿Cómo me voy al centro?


Y esa es la historia de cómo me fui con José, bartender, a las 1 y media de la mañana, en moto, porque yo necesitaba que me llevaran, y él que lo guiaran. Mi vida es como mucho más divertida que las vidas normales.

27 de mayo de 2013

Fome

Reconozco que el blog está fome.

Casi todos los últimos posts son poemas, o revolverse sobre imbricaciones acerca de la belleza, el futuro, elegir, pasquines así en vez de revistas o libros vivenciales. Así están las cosas. Contemplatiiiivas.

Además uno de los temas que tiene escribir poemas es que te vas acostumbrando, el verso se hace una forma más fácil de comunicación, las líneas son la pausa natural del lenguaje, y la poesía es una forma de buscar la verdad; y aunque mi verdad es entretenida y he conocido gente asombrosa y distinta y sugerente e inquietante, simplemente es gente que no es para contarla en una historia. Pero sí en un poema.

Pero doy gracias, porque le puedo decir a mi vida lo mismo que le dije - en un poema - a una de esas personas divertidas:

"me haces girar como un cañón gattling
produzco una nube de metralla
que llueve incandescente sobre el hambre de la tierra"

Fernando Milagros, para ustedes, Reina Japonesa:


16 de mayo de 2013

Promesas

Algunas actualizaciones rápidas:

- Empecé la parte en que converso en voz alta conmigo mismo. Paso mucho tiempo solo.

- ¡Entiendo a Alejandra Pizarnik! es una revelación de lo máximo y lo más. Pero es que

"Mi desnudez te daba luz como una lámpara. Pulsabas mi cuerpo para que no hiciera el gran frío de la noche, lo negro"

(23 de Noviembre del 69, hace 44 años, ¡ella lo dijo!)
***


No puedo dejar de ver al universo como una promesa, y no he llegado a consenso en el congreso de mi mente si esto es o no congruente con mi marco teórico. Case in point:

Nuevamente el Ciclo de Conciertos del Municipal. Vino Itzhak Perlman (el paso siguiente es llamarse Shylock, supongo), y tocó a Tartini. O sea tocó un montón de cosas, y al final el público bramaba con sus bagatelas hechas a la velocidad del sonido, pero él, yo, y algunos cuantos de la sala lo teníamos más que claro: había venido a tocar a Tartini.

Sublime. Él, su violín, un piano que acompañaba como una sombra, hasta el momento del "libre", en que construyó una armonía a punta de arpegios sentidísimos... pero divago. Seis o siete asientos a la izquierda, había una colorina (prefiero esa palabra diccionarios completos antes que pelirroja... y sí, acuño "diccionario" como medida de preferencia lingüística), de alrededor de 35 años. Preciosa. Tenía un cuello de por lo menos 25 centímetros. Hipnótico. Los músculos eran como cuerdas tenuemente disimulados por la piel, blanca y tersa...

Desapareció como por magia al finalizar la función, añadiéndole carga a mi cerebro para no asumirla simplemente como una aparición sobrenatural.

Pero lo que queda: El universo promete y promete, y cumple como un desaforado: Más belleza, más belleza, más emoción, más fuego, un torbellino asombroso que arroja volando las cenizas ardientes que me caen frente a los ojos y me anonadan. Pero mirando a la colorina me di cuenta que los dos caminos son posibles: Correr como algo en la noche que corre, correr porque hay que correr y la luna grita en el cielo, y dejar que el tornado de fuego arroje sus rayos hasta quemarme al final,

o parar. Detenerme, y dejar de ver, y que los ojos se vuelvan hacia dentro, hacia una mano tibia que tomo y que me toma.

Parece que quiero eso último, pero es tranquilizador que, sea lo que sea, el universo se pone siempre con todo, como un anfitrión que goza armando el carrete.

29 de abril de 2013

Juan - Ignacio Reculé Rivera sobre sí mismo:

"Para la única cosa que tengo buen timing es pa' escribir poemas,
todo lo demás en la vida lo hago a destiempo"

27 de abril de 2013

500

Esta es la entrada número 500.
Empecé el 22 de julio del 2006 (así es, no hay error en esa fecha).

Tenía pensado hacer un balance,
recordar los posts emblemáticos,
hacer una lista con los 50 mejores,
los 15 imperdibles, algo así.

Me puse a leer desde el comienzo el blog inicial y me di cuenta:

a) que me daba paja leerme 500 entradas.
b) que he cambiado mucho más de lo que pensaba mi forma de escribir.
c) que en definitiva, el yo que soy más yo, mi mente, no es tan lineal como creía.

Y es un lindo ejercicio, y lo más bonito de tener un blog. El testimonio, el espejo de mis tiempos de estupidez, de depresión adolescente, de idealismo inocentón, de creerme el cuento de mí mismo. Que quede, cuando tenga mucha plata voy a imprimirlo todo en un libro.

500. Muchas gracias, y ¡salud!

22 de abril de 2013

Sirenas

Conversación de yoes conmigos mismos en mi mente:
- Te estay poniendo obsesivo con esta mina
- Let go
- Hay otros peces en el mar, ¿sabías?
- Pero hay otros pescando también
- En serio, la imagen es clásica pero there's plenty of fish out there, déjala
- Es que no estay cachando, yo sabemos que está lleno de peces; this girl's a mermaid, dude.

21 de abril de 2013

Respuesta

Este post es una respuesta a este comentario en esta entrada. El blog no me dejó publicarlo en la bandeja de comentarios por ser demasiado extenso, así que aquí va. Si no le gusta, tenga una galleta:



Anónimo:

Clarissa lo explica todo, pero como Clarissa ya no está...

1. A lo largo de este blog (y del anterior) aparecerán, intro y outro de escena, personas-personajes. Ellos existen en la vida real. Sin embargo, si bien yo tengo derecho a ventilar mi vida tanto como se me dé la real gana en el internet, es igual de cierto que mi derecho a publicar la de los otros es nulo; por ello, los hago aparecer sólo con su nombre de pila, con la idea de que si se encuentran a sí mismos leyéndome, se vean, e incluso, si les irrita aparecer, puedan informarme para que los oblitere del escrito. Por ahora, tendrás que contentarte con saber que hay una Andrea. Imagínala a tu gusto, todo acto de lectura es reinterpretación.

2. Porque estudié medicina. Me encanta [cháaaaaa, ahora poh, después de pasar todo el 2012 quejándose] la carrera. Mi amor por las ciencias biológicas es genuino, fiel, e imperecedero. De todos modos el tiraje que me ejerce la ciencia humana tiene tanto torque que tuve que elegir la especialidad más dedicada al hombre, y que más depende y se esfuerza por entenderlo en una dimensión más allá de lo biológico. Ambos "lados" de la ciencia están mancos sin el otro. Yo necesito de los dos para ser feliz.
Si tu pregunta es más práctica y simple, "¿Qué pasaba en tu cabeza al momento de elegir en cuarto medio?", quería una carrera que fuera lo más atingente a todos mis intereses posible, que en ese momento eran la ciencia, la pedagogía, el arte, la literatura, la música, la plata, el rol social. Sabiendo que al hombre se lo estudia toda la vida pero a la ciencia en la universidad, corté el queque por las ciencias. Dentro de las ciencias, elegí la medicina por la sencilla razón que me permitiría hacer docencia muy probablemente. Me encanta enseñar.

3. Awwww maaaan (ocupo por default el pronombre masculino en esta respuesta porque arriba dice "anónimo"). Yo supongo que vamos a estar respondiendo esta pregunta toda la vida. Uno podría hacer acercamientos desde la biología argumentando que somos seres gregarios de núcleo familiar, que los que se han ido eligiendo por selección natural son más de cubil que llaneros solitarios; que cuando se entra en los 20's la mielinización de las cortezas prefrontales inhibe las conductas exploratorias y favorece las conductas de aseguramiento de supervivencia y estabilidad; que el tic tac del reloj reproductivo empieza a llamar por el sentar cabeza. Todas son buenas pero insuficientes explicaciones.
A mí me satisface bastante más la respuesta de la ética humanista. Hay un momento del crecimiento de uno en que terminamos de buscar/preguntarnos/entender a patadas que somos uno, único, infinitamente pequeños pero infinitamente valiosos. En ese momento, hay como una pausa perpleja hasta que nos damos cuenta que lo único que queda dada esa certeza... es perfeccionarse. Ahí puede quedar la soberana cagada, porque ese perfeccionamiento puede confundirse con disaceptación y ahí tienes tú a alguien que va a seguir toda su vida persiguiéndose sin encontrarse. Pero si logras asentir a quien eres, sin dejar de buscarte mejor, tienes la puerta abierta de la felicidad.
El hombre o mujer así planteado, tendiente al bien, es un equilibrio dinámico; tender al bien obliga a periódicamente replantearse:

Some more cookies? Siempre es bueno replantaerlo.

¿Para qué chucha?

Y esa nunca deja de ser una buena pregunta. ¿Para qué tender al bien? ¿para qué estar toda la vida sacándole punta al lápiz del yo, hasta que haga el trazo perfecto? Porque es entretenido, es una gran respuesta. Incluso suficiente. Pero ¿has hecho feliz a alguien? ¿Has visto a alguien sonreír, sonreír de oreja a oreja, sonreír con los ojos, con la cara, sonreír con el cuerpo completo, y que esa sonrisa sea sólo porque está allí contigo, porque tú existes?

Eso, maldita sea, permite construir vidas enteras alrededor.

Es complicado, en todo caso, incluso plantearse desde algo tan "puro" como hacer a alguien feliz. ¿No es como equivalente a decir que requieres la validación de un otro? ¿que eres insatisfactorio en cuanto a ser único? ¿no es eso negar la condición fundamental del hombre, universo en sí mismo, valioso per sé?.

Le he dado vueltas al problema asistido de más de un libro. Hasta ahora, he llegado a un punto de consenso que va como sigue: Por un lado, el ser humano es una propuesta autocompleta. Es decir, su tendencia al bien es suficiente para permitirle la constante autorealización. Si hubiese un hombre solo en el mundo, único, podría realizarse; todo lo que necesita está en él. Sin embargo, esa realización al bien, cuando se da en un contexto de comunidad, no puede sino impactar en la realización de los que lo rodean. Surge la realización de la comunidad como bien emergente. Si quieres, es una consecuencia innecesaria, pero inevitable. Roa Rebolledo, en "Ética y Bioética": "[así tenemos que] el bien ético sea todo lo que procura simultáneamente la realización de sí y de los otros, por eso el amor es el bien por excelencia". Amar es la fórmula perfecta de la tendencia al bien del hombre; es la flecha certera de la realización, pero no como objetivo, sino como emergencia.

Lo que quiero decir es que en el proceso de formar una persona, y que esa persona elija la virtud y se ejercite voluntariamente en el deseo de lo bueno, la necesidad de amar aparece como un subproducto.

Esto se reconoce incluso antes de alcanzar, o antes siquiera de buscar, estar en el ejercicio de la autorealización. ¿Quién, siendo joven, no ha querido tener una pareja "a toda raja", en definitiva, porque nos valida socialmente, personalmente, emocionalmente?. Es una intuición que viene casi preprogramada. "Si estoy con alguien tan maravilloso, es porque estoy haciendo las cosas bien". Así funciona en términos básicos; la gracia es cuando la ecuación se invierte, y va más o menos "Si estoy haciendo las cosas tan bien, me dan ganas de estar con alguien, para amarlo".

Yo me quedo con esta construcción; la búsqueda del bien lleva al deseo de amar. Y el amar es bidireccional. Por un lado, da "uso" a ese "lápiz afilado" en el que nos ha convertido el esfuerzo, para escribir un proyecto vital en conjunto; por otro lado, somos humanos, necesitamos que nuestra unicidad y unidad se nos reconozca. El estar con alguien es como la certeza de "sí. Este proyecto en el que te aventuraste, este salto al vacío que fue elegir ser tú mismo, sin ninguna garantía, sin modelos, sin certezas, sin manual de instrucciones, sin nada en qué confiar más que tu estómago... Bien hecho". No hay que olvidar, siempre, que ese "uso" del lápiz no es ni necesario ni suficiente para el bien; es simplemente que estando el lápiz ahí, qué ganas de usarlo.

Todo suena ordenadito (o por lo menos para mí, jajaja) en el texto. Puta que es difícil llevarlo a cabo. Uno es feliz autorealizándose, qué duda cabe, pero pucha que a veces dan ganitas de llegar y tener a alguien a quién prepararle un tecito y calentarle las patitas. Ojo con ese momento, porque ahí comienza la duda; la duda de ¿estaré haciendo las cosas bien? ¿qué pasa que tengo estas ganas incontenibles de querer y no puedo satisfacerlas? ¿soy cluster b? ¿estoy medio loco? ¿en verdad soy lo más fome del universo y me he autolavado el cerebro con esto del crecimiento personal y bostas por el estilo?

Ése es el momento del salto al vacío. El momento de confiar, de seguir ciegamente adelante. Porque la realización es de uno consigo mismo; el amor, un subproducto hermoso. El deseo de amar, bien llevado, es un gran indicador de que se están haciendo las cosas bien. Pero espera, espera que aparezca alguien que esté en las mismas para que ese amor pueda ser la floración de un deseo de bien que se derrame al universo, y no una relación depredatoria, o una muleta allí donde lo que falta es crecer.

Listo, acabó mi pontificado, Juan - Ignacio I se retira. Pueden publicar esto como la encíclica "Amore, homo, bene" de motu proprio.


18 de abril de 2013

Recordatorios

Mañana se acaba mi rotación por psiquiatría, que es lo que quiero hacer con mi vida.

Significativamente, hoy, Andrea me acordó de algo que se me ha estado olvidando: Existe gente como ella. Así de simple. Gente que las tiene todas, pequeños modelos a escala de cómo el universo debiera ser. Me siento solo y se me olvida lo importante; bueno, eso es lo importante: ésa es mi apuesta. 

Gente como ella. También es lo que quiero hacer con mi vida. Debe valer la pena esperar.

Celebremos el valor de elegir, de estar solo, y de elegir estar solo, con un poema.

***

Tú andas así
pavoneándote de todo lo que eres
de todo lo que obviamente llegarás a ser

¿y quién soy yo, dime?
                                     ¿qué soy?

Una pequeña motita coronando la supernova.

Quisiera conocerte
preguntarle al fondo de tus ojos 
si eres Elena escondida
reflejarme en tu sonrisa;

estoy sesgo por ti
desorientado
no puedo enfocarte con claridad
ser juicioso
                  creo que eres hermosa
                  creo que existes
no tengo mucho más de qué aferrarme.

A veces, por las noches,
creo que el brillo de la ciudad me ilumina la cara
siento que está ahí para reflejarme
para darme un poco de luz
un poco de calor
                          o hermosura.


***

17 de abril de 2013

Diálogo

Mahler. Si los románticos son como una comunidad de adolescentes superdotados en la composición, digamos unos X-Men musicales, Gustav Mahler sería el profesor Xavier. Mahler compone desde el equilibrio, desde la madurez, y le achunta con todo.
Hoy, 08/04 (todo este texto es un largo post-Scriptum), la Sinfónica de Santiago rindió la Sinfonía nº 4 en G. A la más putera perfección. Mahler no se queda chico con nada. 6 cornos, 4 accesoristas, clarinete normal y barítono, 3 fagots y un holy motherfucker contrafagot, 7 contrabajos, 10 cellos, 4 traversas, 3 oboes y un oboe bajo... en fin, para que sonara de todo en todos lados, mientras se iba llenando el proscenio yo me excitaba más y más, a fin de cuentas, con esa línea absurda de instrumentos bajos el asunto iba a sonar en super dolby ultra surround sound y eso me encanta.
No estaba preparado para lo que venía. La cuarta sinfonía de Mahler es una reinvención de lo que es posible en el diálogo orquestal. Está todo hecho, todos conversan con todos en un acierto en el que nada sobra, nada queda por decir, los cornos con los oboes (genio!), los bajos con los violines, las flautas entre ellas, aparecen instrumentos solistas sobre las líneas de su cuerda, aparecen solistas que se roban las líneas de los otros solistas, aparecen bloques enteros que se roban la línea del solista... uff. Todo esto podría remitirse a una poderosa aseveración de principios, un statement comparable a lo que es Parra en la poesía, pero Mahler llega mucho más allá porque sobre el entramado de esta tesis, genera una de las obras más sublimes nunca hechas, válida no sólo por lo que supone para el resto de las obras, sino por su poesía interna.
La cuarta es genial; pero el único adjetivo que le es más superlativo que su genialidad es su hermosura. Hay una bajada de los cornos sosteniendo a las maderas (solos, sin nadie más) en el segundo movimiento que es ridículamente bello. El cuarto movimiento me empapó los ojos montones de veces. Tuve que salir a comprarme la grabación (Leonard Bernstein en la batuta). Acá la tengo al lado mío.

Después de este exordio, algo sobre diálogos tendría que decir. Pero estoy justamente del otro lado; en un alto de silencio. El diálogo, ese logos salido de dos que construyen mutuamente, no está; y oscilo entre una total paz y una irritabilidad sulfurosa al respecto. Extrañamente, ha aprendido a que Santiago me devuelva la tranquilidad, con sus parques, sus islas de verde.

No sé hacia dónde moverme, ni qué esperar; no sé siquiera si se debe esperar algo. Lo que sí parece estar sucediendo es que muy de a poco está pariéndose ese verbo alterno, esa espera que está viva, esa espera que es en sí misma acción.

26 de marzo de 2013

Cuéntele al tío J-I

Los habitués de este antro literario (no por el alcohol, sino por la mala pinta) que es mi blog sabrán que las ideas se me materializan en formato ladrillo, temporalidad súbita y en imperativo categórico. Figuraba yo tocando mi guitarra eléctrica, cuando ¡paf! Autofanía:

Estoy en la Dad - Zone.

Porque sí, existe un territorio que es peor que la friendzone. Ya estoy un poco paranoide con esto de que se me fue el toque, mano, con las mujeres, ¿en qué estoy oxidado? ¿Qué tienen en común todos mis últimos fallidos (abarcando toda la gama desde el pucha, no hasta el eres un monstruo, me cagaste la vida) conatos de relación?
This is so totally a thing.

Soy una figura paterna, y eso se deja manifestar de la peor forma posible. Porque si hay una cosa que está prohibida, si hay una ley fundamental del universo parejero (ya no me acuerdo quién me lo enseñó, parece brotar desde el inicio de los tiempos), es que nunca hablas de tu ex. Por lo menos no al principio. Y jamás, ¡jamás! si el otro no pregunta.

Tate, todo el mundo me habla de sus exes, cualquiera sea la forma que estos adopten (nuevamente, toda la gama variada, pasando por el ex que me tiré la semana pasada, el ex de hace 5 mil años, la relación tormentosa con mi padre, e incluso la mina que es mi ex [era una mina, no estoy tan experimental / desesperanzado]), cualquiera sea el momento (desde la primera cita hasta el primer polvo), todo el mundo se quiere hacer la psicoterapia conmigo.

Hipótesis: Crecí bajo la premisa de escucha escucha, así tendrás ganada la mitad de la lucha. Y funcionaba. Escuchar amorosa, interesada, intensamente todo lo que una mina tuviera que decir. Técnica infalible si no tienes músculos ni plumas de colores, pero infalible entre los 14 y los 20. A esa edad, las minas no han tenido mayores rollos (si los han tenido, run, mofo, run!), así que lo que tienen para contarse es ellas mismas: doble beneficio, porque ellas hablan y son felices hablándose, y tú eres feliz escuchándolas.

De ahí en adelante, en cambio, la cosa se tiñe color de hormiga, y de hormiga negra, azabache. Porque las minas ya empiezan a tener más configurados sus rollos, sus problemas, y ya no se cuentan a sí mismas; desenrollan el lulo de caca. Porque todas, todas, todas las minas tienen a ese weón. Ese weón que las cagó, ese weón que les echó a perder el autoestima, ese weón ausente, ese weón sobrecomprometido, ese weón que todavía anda dando vueltas, ese weón que nunca más apareció.

Hormiga negra. ¿Sabía usted que el ácido fórmico - nombre alternativo del ácido metanoico (que debe ser el más la raja de los ácidos, porque suena a meta-noia) - se llama así porque la primera vez que se aisló, fue de un montón de formica rufa machacadas? ¿Sabía usted que yo considero los pies de foto como un género literario per sé? 
Ahí es donde aparece uno, bañadito, a veces con perfume, y, si el clima y las ganas lo permiten, hasta con la pelambrera bajo control. Con ganas de conocerla, vestirse de azul y ser un príncipe. Y claro, ocupas de primera la infalible, la que te resultó tan bien cuando aprendiste el juego. Pero no pos. Porque ahora cuando te pones a escuchar, lo que las minas ven es a su papá, al weón que les va a arreglar el juguete que se les acaba de romper. No ven al tipo que puede estar al lado de ellas. Ven al tipo que desde el estrado imparte consejos sabios, buenos pa vivir la vida bien vivida.

Ibas bien, ibas bien, la miras a los ojos y te devuelve la mirada sonriendo, se ríe de tus chistes, tú de los de ella, entran más en materia, uno que otro silencio cómplice y sonriente - todos los indicadores positivos están encendidos - y de pronto blam!, todo es otro tema, en qué momento, por qué, pero ya es tarde. Te están pidiendo consejos y los ojos ya no sonríen con romance, sonríen con jerarquía, sonríen con paidós. Estás en la Dad - Zone. Acepta tu destino, y deja que la nena se desahogue, que le cuente al tío J - I, que todo lo entiende y comprende.

22 de marzo de 2013

Canción de Ciudad

El martes 12 de marzo, el Teatro Municipal de Santiago exhibió una rendición del Cármina Burana de Carl Orff.

Orff, en medio del impresionismo en el que campeaba Stravinsky (y en medio de una Alemania exaltada por un nacionalsocialismo que prometía retornar a las Valkirias, la gloria de Prusia y el Reich), propone esta obra maravillosa, absolutamente carente de las pretensiones armónicas del Clasicismo, cargada de una reciedumbre que nunca conoció el Romanticismo (aunque los nacionalistas rusos le pavimentaron el camino) y con una naturalidad que jamás, jamás, jamás conocerá la música atonal.

¿Por qué me gusta tanto la Cármina

Fue uno de los primeros CD's que consideré míos en mi casa. Yo lo escuchaba como enajenado mientras el resto se cansaba de esa música estruendosa. Fue el comienzo de mi relación íntima con la orquesta, con la música "seria". Y es que lo de Orff es una exageración. La línea rítmica es obscena. Hay de todo, es un orgasmo percusivo constante y dinámico, y los bronces, poderosísimos, con fanfarrias largas, emotivas, melódicas. Se peina con todo lo que hayan hecho antes, simplemente usa a los instrumentos para sostener su línea rítmica, y no al revés como los 400 años que lo preceden.

Además, esa métrica. Cuando ud, querido lector, escucha música, notará que su cuerpo solito se pone a contar: "1, 2, 3, 4, 1...". Eso es porque la música está en cuatro cuartos. Es decir el compás, la unidad de trabajo, la "sílaba" musical, está dividida en cuatro unidades rítmicas, cada una, un cuarto de la nota mayor, que se llama "redonda". Al comienzo de la partitura de la Cármina, Orff deja una nota: pessante. Esto es una indicación al intérprete, de lo que viene a continuación es cargado, pesado, trabajoso, que debe sentirse una música densa, arrastrada, forzada. Pero con eso no es suficiente. Donde la mayoría de la música se deja escribir en esos naturales cuatro cuartos, Orff demanda tres enteros, es decir una música larga, larguísima, unas "sílabas" que se estiran configurando unas frases musicales que son realmente pesadas, discursivas, tremendas, como el texto que las soporta (¿o que soportan?), Oh fortuna, voluble como la luna.

Me encanta Cármina Burana.

Figuraba yo, por supuesto, con la entrada comprada, muy ganoso de ir esa tarde. Fui. Fui una hora tarde, por la simple razón de estar convencido que era a las 20:00, siendo que era a las 19:00. Fue un enojoso comienzo de semana, de una semana algo rara, porque comenzaba mi rotación de psiquiatría y me encanta psiquiatría pero la sensación de boy, time to shine lo empaña todo un poco y es difícil de sacudir.

A propósito de psiquiatría, hay un sujeto en Santiago, un tipo flaco, que fuma todo el tiempo, que anda desaliñado pero de chaqueta. Circula por allí, hoy me lo topé; por supuesto que no me reconoció, porque quizá cuántas caras, cuántas personas sin nombre ve al día, y a todos les hace las mismas preguntas, les cuenta las mismas historias. Pero yo sí, aunque no tiene para mí un nombre o una historia, yo sí lo reconocí, porque hace 12 años, caminando en la noche por Eliodoro Yáñez con mi padre, lo vi por primera vez.

Si cruzas los ojos con él, te saludará con mucho afecto, y te dirá tanto tiempo hombre, tanto tiempo sin verte, pero cómo te ha ido, sigues trabajando por acá, en ****** (en ese momento a mi padre le preguntó por la Cámara Chilena de la Construcción, en donde no ha trabajado nunca), cómo te ha ido, pero mira qué coincidencia, encontrarnos así, me pillaste en un pésimo momento fíjate que ****** (hace 12 años, era una enfermedad que lo había obligado a viajar a Santiago; hoy fue una enfermedad que lo tenía durmiendo en la calle) y se me acabó el dinero y necesito urgente volver a Antofagasta, ¿me puedes ayudar con un poco, hombre? tú sabes cómo ubicarme, yo te lo devuelvo apenas llegue allá.

Recuerdo que ese día tenía 20 mil pesos en el bolsillo. Estaba trabajando de junior en la empresa de mi padre - mi primer sueldo, qué curioso pensarlo así - y me acababan de pagar. Recuerdo mi angustia frente a esta historia desoladora que contaba este viejo amigo de mi padre. Le pasó algunas monedas, y mientras se alejaba, dije pero papá, es tu amigo, podemos pasarle la plata que yo tengo. No hijo. No he trabajado nunca en la Cámara Chilena de la Construcción; nunca he visto a ese tipo en mi vida. Fíjate bien, cómo nunca me llamó por mi nombre; fíjate cómo nunca dijo el suyo. Él va por ahí, contando esa historia, tratando de conseguir un poco de plata para poder comer. Debe estar loco.

Habla perfecto, es un caballero, es amable, te mira a los ojos, te sientes un poco mal por no reconocerlo, parece que eran tan amigos. Algo cambió en mi visión del mundo aquella noche, una cierta manera de entender cómo estaba ordenado el universo, quiénes eran y quiénes podían ser quiénes; entendí que una persona carismática lo era en todo momento, que una persona inteligente lo era para siempre, pero en cierta medida eso no significa nada.

Cármina Burana significa "Canciones de Beuern". Son la reunión de poemas profanos realizados por goliardos en el siglo XIII. Pero es una etimología en extremo insatisfactoria, estando tan cerca, tan lógico, el Cármina Burana que sería "Canciones del Burg", porque cuando los lees puedes palpar la ciudad naciente, la lógica nueva del estudiante que se abre paso en esta nueva lógica de callejas y ritmos y lugares sombríos, y fantasmas grises de piedra y madera. 

Canciones de Ciudad. Porque ésta baila a un ritmo extraño, sórdido y solemne al mismo tiempo, suave, delicado, y conmovedor.

7 de marzo de 2013

Multipostal

Monsoons by Puscifer on Grooveshark

Fui al dermatólogo para que me diagnosticara finalmente mi chancro palatino...

...bromi.

Me diagnosticaron mi rosácea, lo sé, llevan diciéndomelo por los siglos de los siglos y las eras estelares, pero longi, esto es todo el séptimo año, así que tengo tiempo hasta para ir al dermatólogo. Tengo rosácea, y como yo a la rinofima le tengo terror pánico (Gómez de Silva, en su maravilloso Breve diccionario etimológico de la lengua española, recoge el origen griego panikón deíma, literalmente, temor causado por Pan, nuestro silvo dios de los bosques. Él se queda castamente hasta allí, pero yo me pregunto temor exactamente a qué, considerando el aura copulatoria que rodea a Pan. ¿Qué va a ser de uno si se pilla a Pan en el bosque?. No puedo, por otro lado, terminar esta nota etimológica sin recordarle al respetable lector que Deimos es el nombre de una de las lunas irregulares de Marte. La otra se llama Fobos. Bendigo al astrónomo que eligió como heraldos del dios de la Guerra al Terror y al Miedo.) (ejem, as I was saying...), me tengo que tratar.

Con láser (¿Sabe usted que l.á.s.e.r. es un acrónimo?). Ahí es donde empiezan las cosas lindas del día, porque el dermatólogo me reconoció como alumno (lo que me dejó el orgullo de tres pisos, nos ha hecho como 3 clases en toda la carrera, así que ¡yay me por mi participatividad!) y me dijo que no me preocupara por el costo, que me apareciera por la sala de láseres no más. ¡Fantástico! viva la comunidad médica.

Por otro lado, uno ve cosas raras en la calle. Iba esta mina, cuando me bajé en Bellas Artes, pero no bonita, estupenda, con cara de amor y sumisión por un tipo más bien loca, loca, alocadísima, y yo me preguntaba ¿y uno, tan machito y tan solito?. Ah, pero me bajé en Bellas Artes. ¡Porque me cambié de casa! [Inserte aquí usted un comedido interludio sobre los cambios, la responsabilidad, avanzar, las nuevas etapas, y la madurez]. ¡Así es que fotos!

foto de llegada. A las 11:30 empecé a abrir cajas. A las 4:00 terminé, y estoy muy orgulloso
Mi pieza, lista para las shiquillas

Baño pulcro y sin cremas, el sueño del pibe.

No hay un animal tan feliz como un neurótico feliz.

Sí, la tele está en el clóset. Y sí, mi guitarra rocks so much

skyline

más skyline, ningún edificio que me tape el sol baby
 
En la puerta os recibirá la Reina

Iluminada entrada

Toque personal

So neat


14 de febrero de 2013

¡Limonada!


El post pasado explica el título de este post.
Lo que no explica nada es que el cuaderno perdido, mis apuntes de ética, se habían ido en la carpeta de alta de un paciente quien, héroe anónimo, lo vino a devolver. ¡Lo recuperé! ¡Limonada! El universo es gratificante. Y de colores, chúpate esa.

Ahora, un clásico de la felicidad y el todo va a estar bien: