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14 de abril de 2012

El protestante ABC1

Dijo Roberto Musa, respecto de este post:


"El nefasto sistema actual es mantenido por la voluntad de los individuos de recibir especializaciones pobres a precios exorbitantes con el solo propósito de ser profesionales. Estos individuos desean ser profesionales ***para lucrar***."
is not the whole story. Diría que el deseo de ser profesional es menos un intento racional (y subrayo 'racional') de acceder a beneficios y plenitudes futuras que una gratificación simbólico-identitaria inmediata. Esto hace más problemático venderles tu argumento justamente a quienes más beneficiaría.
            Estoy poderosamente de acuerdo. Acabo de terminar una novela de Stanislav Lem (lo mejor que le ha pasado a la Ciencia Ficción desde Theodore Sturgeon... en verdad, creo que simplemente lo mejor que le ha pasado al género) en que se aborda someramente el clásico dilema hombre máquina. Hacer hombres máquina, seres artificiales con sentimientos, indistinguibles de los humanos, es como sintetizar lechugas capaces de aprovechar la luz solar, de crecer en el campo, de hacer todo lo que una lechuga haría, pero que fuese incomestible. Es simplemente un derroche inútil. Porque mientras más se refina una máquina, mientras más se perfecciona su raciocinio y se optimiza su sistema de decisiones minimax o de decisiones estocásticas o de cualquier tipo de decisiones, más se aleja en su naturaleza de una mente humana. Porque al ordenador se pueden entregar múltiples preprogramas, introducirlo a las leyes de Asimov, darle prioridad de autoconservación, lo que se desee, pero siempre actuará bajo estas normas en forma racional. Lo que no se puede introducir en la máquina, puesto que implica mermarla, es deseo.
      El deseo es lo que hace único al cerebro humano. Como dice Roberto, es deseo lo que ha generado el debate en torno a la educación en Chile. Deseo sin destino, puesto que nunca se ha discutido por qué se quiere educar a las masas.
      Efectivamente, educar los deseos es una tarea titánica, por eso me parece horrible un fenómeno satelital al proceso: El protestante ABC1. Ese niñito bien educado, que está no sólo en la universidad, si no que en una buena universidad, cursando la carrera que quería en el lugar que quería, la más de las veces, pagado por sus padres. Ése, que sale a protestar por los derechos de sus coetáneos; ése que se convierte en presidente de sus federaciones y aparece en la Tevé hablando de educación pública y gratuita. Ése que se convierte en tomador de decisiones, en movilizador de masas, en agente gestor de las soluciones del conflicto.
         ¿En qué modo es un ente dañino? dirá el público lector. Por el contrario, es un ser empático, comprometido con el prójimo, activo y ético.

1) Desconoce las leyes básicas dictadas por Marx. Si realmente se quiere la revolución Social, Marx impuso una condición que hasta ahora ha permanecido irrefutable: Se requiere de condiciones sociales negativas. Se requiere que el sufrimiento movilice a la población. La ecuación depende del grado de opresión y del tiempo de opresión, según Marx. Al parecer, los únicos que han tomado nota de esta ley infalible son los opresores. "Oprime poco por tiempos largos, o mucho por tiempos cortos" o "disfraza la opresión de bienestar" serían axiomas que tendrían que estar en un Príncipe de nuestro siglo. La participación del ABC1 en los conflictos sociales que no son de su clase descomprime el malestar. Primeramente, porque los cabecillas del movimiento de descontento son individuos que no están descontentos. Esto genera un liderazgo anómalo; les quita a los oprimidos la voz de lucha por su propia opresión. Genera riesgo de toma de decisiones que no repercutan sobre el problema original (esto no es un must, pero es un riesgo). Finalmente, pero más terriblemente, genera sensación de bienestar en el oprimido: se están haciendo cargo de él. Esto puede perpetuar el conflicto. No tengo para qué explicarlo, Orwell ya lo hizo por reducción al absurdo en 1984: La mejor manera de evitar un estallido de revolución es generarla tú mismo. Que la revolución sea organizada y llevada a cabo por acomodados no sólo es un contrasentido, es inefectivo. No sucederá, porque el zapato no les aprieta lo suficiente para llevarla hasta sus últimas consecuencias. Es para ellos, un, muy importante, muy trascendental, pero muy, juego.

2) Valida el deseo espúreo. Si un universitario dice "la universidad es menester para el desarrollo del individuo", ¿Cómo no creerle?. No tiene tribuna el que dice que estudiar es sacrificado, que hay que dejar de ver al menos uno de los realities de la televisión y usar ese tiempo en estudio, que hay que amar la ciencia para ser realmente bueno en lo que se hace, que hay que asumir responsabilidades, ya sea por la labor que se desempeña (salud, educación, etc.) o por el cargo (decisiones gerenciales), y que tal responsabilidad es una fuente de stress, que no sólo está el ser universitario si no que hay que ser un buen universitario, la más de las veces subdiferenciado, etcaetera. Se plantea la universidad como una panacea social desde adentro. Los que están afuera están obligados a creer en ello. Si un universitario dice que en la universidad regalan dulces, el tipo que ha vivido toda su vida en el campo o en la periferia de la ciudad, no tiene otra cosa que suponerlo cierto. Esto perpetúa la ilusión de la universidad como movilizador social, cuando no lo es, pero además, cimenta en la mente pública la universidad como algo bueno en sí mismo. Ese mismo deseo que señala Roberto, que impide que el vulgo tome decisiones que le serían muchísimo más beneficiosas. Un crecimiento educacional en tres generaciones por ejemplo, o la decisión de permanecer en educación técnica, superior o no superior.

3) No sabe por lo que lucha. La mayoría de los cabecillas se desempeña o desempeñó, escolar, universitaria, y laboralmente, alejado del estrato sociocultural al que "defiende". En lo poco que va de mi práctica médica, me ha tocado sinnúmero de pacientes que se embarazan a los 17 años, porque ya es momento y quiere formar familia, y ama a su pololo. Al principio las educaba, que hay que primero terminar el colegio, tratar de ir a la universidad, asegurarle un futuro a los hijos, etc. Pero con el tiempo me he ido haciendo más humilde. ¿Qué voy a decirles? a fin de cuentas, son ellas las que responden al ritmo biológico natural, soy yo el que estoy postergando actos naturales de establecimiento de madriguera en función de conseguir una madriguera más bonita. Antes me enardecía que me hablaran de no tener dinero para medicamentos pacientes con celulares mucho más caros que el mío; pacientes que iban a hospitales públicos con su notebook para no aburrirse; pacientes que se toman vacaciones con viajes dentro del país pero cuyos hijos asisten al colegio más cercano, no al mejor al que podrían acceder. Pero en verdad, eso es lo que quieren: quieren el notebook, no los años de medicina. Quieren el completo, no evitar el infarto. Tratar de imponer una preferencia es un acto opresivo, déspota, e infinitamente soberbio. Con el tiempo he ido aprendiendo que lo que hay que respetar es el fin último, que es ser felices. Ellos son felices con sus cortes sopaipilla, sus pantalones pitillo y su lenguaje argot. ¿Quién soy yo, turista espacial, para venir a rebatírselo? Lo que hace el universitario activista es intentar privarles de una felicidad que ya disfrutan para que vengan al otro lado de la carretera a disfrutar del tipo de felicidad que ellos disfrutan. Como si el peligro de morir entremedio atropellado no existiera.

Fines Últimos


Esto surgió de una respuesta en FB para Pancho por el comentario: "Apoyo eso, la educación se ve como un fin en sí mismo."


...mhmhmh entonces nos enfrentamos a una paradoja. En la definición que yo manejo, un bien absoluto es aquél que es connatural a la dignidad ontológica del ser humano, por lo mismo, cualquier humano privado de ellos está en una situación crítica; su humanidad está siendo amenazada (es claro que esto es admisible sólo en sistemas que consideran al humano un ser digno). Por lo mismo, pocos bienes se consideran absolutos, a saber, la vida, la libertad y la autodeterminación. El resto de los bienes serían aquellos que permiten un acceso mediato a los bienes absolutos.

Si consideramos la educación como un bien absoluto, tenemos que considerar que los lamas, los bosquimanos, los jinetes de la estepa asiática, etcaetera, como gente que está mermada en su humanidad. Frente a ello habría un imperativo ético de intervenir; de ir a los lamasterios a rescatar a los niñitos de 5 años de su inhumanidad, de ir donde los bosquimanos a arrasar su cultura inhumana.
La otra alternativa es que intentemos una definición transcultural de educación que permita incorporar esas otras educaciones, fuera del aula, hasta que quede un concepto lo suficientemente amplio como para dejar contento a Kant, convertirlo en imperativo categórico, y de paso, en bien absoluto. Ambos sabemos que esa no es la educación de la que ustedes hablan.
La opción final, que me parece más razonable, es asumir que la educación es un bien mediador para esos bienes últimos. Aquí, obligatoriamente, hay que detenerse para evaluar lo que yo digo: ¿Cómo esa educación nos está acercando a la vida o a la libertad? La propuesta principal a ello tiene dos aristas.

Por un lado, la educación es un puente a la autodeterminación. Mientras más educado estoy, más me puedo determinar, más me puedo liberar.
Por el otro, la educación debiese aumentar la fuerza de ingresos, permitiendo la adquisición de bienes. Ésta es la traducción actual del bien "vida", es decir, disfrutar la vida.
Sin embargo, por el sistema de organización económico, este esquema tiende a actuar como aporía. El sistema de adquisición de bienes se vuelve en un fin en sí mismo, poderosamente coartando la libertad de autodeterminación. Es cosa de observar el ritmo de endeudamiento de la población, que funciona mejor que el sistema de fichas de las salitreras: la nueva esclavitud. Y la población se somete a ella muy voluntaria y alegremente, hay que añadir. Un bien destruye al otro. Además, está en entredicho que la educación efectivamente aumente el retorno de ingresos del que estudia.

Por el lado de la autodeterminación, en todo caso, la educación sí coopera, pero como previo: decidir educarme o no educarme en un área específica de la técnica o del saber es un gran poder de determinación. Para eso, la oportunidad debiese estar dada. Sin embargo, es una decisión; se debe entender como un proceso en que se toma una opción, con las consiguientes pérdidas.
Finalmente, el rol del estado es asegurar bienestar, mediante el resguardo de los bienes absolutos (impedir ley de la Selva, y dentro de lo posible, de Talión; asegurar un acceso básico a salud, alimentos, y refugio), y facilitando el acceso a los bienes mediadores, como los hemos nombrado aquí. La educación superior masiva no debiera ser una de sus prioridades, por tanto. Sería beneficiar sólo a uno, de muchos elementos que permiten la autodeterminación. Es como si decidiera subvencionar poderosamente a las compañías productoras de calcetines: la gente se siente autodeterminada usando un calcetín de su color favorito. Si pueden acceder a ello gratis, será beneficioso.

La educación universitaria NO ES un fin en sí mismo. Si lo fuera, todos los universitarios serían ostensiblemente más felices que la población general. No estoy hablando de bienestar, ni siquiera de autoimagen: hablo de FELICIDAD. La educación como fin es una esperanza aprendida que es poderosamente dañina. No todos están preparados para ser astronautas. Los niños quieren serlo cuando son pequeños, pero en el camino aprenden que no tienen el físico, el intelecto, el tesón, lo que sea, para ser astronautas. Así mismo, no todos (se supone que menos de la mitad) está preparado para especializarse en un área de saber o técnica y convertirse en generadores de soluciones en sus áreas de problemas.

10 de abril de 2012

Rentabilidad en Educación Superior



Presentación magistral que expone la hipótesis económica de Sergio Urzúa sobre la rentabilidad en educación superior. VÉALO, no sea pollo. 

IDEA PRINCIPAL: La educación superior es un pésimo "mejorador" económico

Bullet Points:
          GRUPO 1: LOS NO TITULADOS
  • Están estudiando más personas"primera generación", pero
  • Los "primera generación" están desertando cada día más, incluso relativo a sí mismos.
    "Entran más pobres, fallan aún más pobres"
  • La gente que más estudia, tiende a ganar menos relativo a la gente que menos estudia, que ha percibido gran aumento relativo de ingreso en los últimos años
    ¿Sobreoferta? vs¿Penalización a malas ues?
  • La participación laboral de aquellos con Educación media completa versus aquellos con Educación superior incompleta es ¡igual!: es como no haber pasado por esos años de U. La empleabilidad es idéntica
  • La distribución de ingresos también es idéntica (pasar por la u sin terminarla vale huevo)
  • El 25% más pobre de la terciaria incompleta, gana MENOS que la media nacional (pasar por la universidad no sólo es inútil, es detrimental si no la terminas)
  • Podría pensarse que por lo menos le ahorran a futuro plata al estado: El estado termina entregando en subsidios a los educación media completa, lo mismo que a los terciaria incompleta (estudian, ganan menos, le salen lo mismo al estado al salir: es como la callampa.)
  • ¿Tiene impacto sobre la TERCERA GENERACIÓN? los hijos de terciaria incompleta tienen mismos resultados que educación media completa en SIMCE. NO acceden a mejores colegios

    GRUPO 2: LOS TITULADOS
    Si comparo la inversión - Universidad (titularse) versus salir al tiro a trabajar después de Media completa:
  • Estudiar es rentable en términos generales (se gana por estudiar, no quedo con saldo negativo) si lo comparo a salir al tiro a trabajar post colegio. 
  • Sin embargo, hay gran dispersión según universidad y carrera. Si la comparación se hace con alumnos universitarios promedios, versus el 10% con mejores ingresos al salir del colegio, el ¡90!% es NO RENTABLE. Es decir, si el alumno promedio de la universidad, no hubiese ido a la universidad, considerando que estaba en el 10% superior de su curso del colegio (lo cual es altamente probable, considerando que sí fue a la universidad), hoy ganaría más plata que la que gana. (aka, si no estás sobre la media, ir a la universidad TE PERJUDICA ECONÓMICAMENTE). 
  • ¿Dónde es peor? Retornos (considera costo del estudio vs ingreso) negativos:
    35% ues CRUCH
    41% CFT
    42% IP
    42% ues no CRUCH!!!! (recordar que es comparado contra salir sólo del colegio)
  • ESTO NO INCLUYE LAS TASAS DE INTERÉS DE LOS CRÉDITOS, LO QUE EMPEORA PODEROSAMENTE LAS TASAS

Véalo. Véalo. Piense. Deje de andar a pura intuición por la vida. Como lo he dicho incansablemente, ir a la U no sólo NO ES LA PANACEA, es MALO si usted no es el indicado.

16 de noviembre de 2011

FELICIDAD, ESTADO, Y EDUCACIÓN

(Es evidente que hay aristas no tocadas en el texto, pero ultramanoseadas en mi mente. Sírvase comentar para que las discutamos)


ABSTRACT El objetivo de la gente es ser feliz. Facilitar ese proceso es la razón de ser del Estado. Actualmente, hay un concepto de felicidad doblemente ligado a la educación; por un lado, aumentando la posibilidad de acceso a bienes y servicios, y por el otro, por considerarse un elemento de felicidad en sí mismo. Basado en estos dos supuestos, se ha propuesto que el Estado garantice educación gratuita de nivel superior a todos sus ciudadanos. Exploramos la posibilidad de que tal conclusión sea errónea basados en tres puntos: La asociación educación - felicidad es falsa; El rol del Estado es de permitir el acceso a la educación superior, no su gratuidad; La educación superior es una plusvalía de la cual el beneficiario debe responsabilizarse. Se enfrenta la crítica principal a este modelo (a saber, el costo inalcanzable de ciertas carreras en función de su remuneración posterior) desde una perspectiva Estatista. Finalmente, se comentan futuras líneas de trabajo en función de hacer sustentable nuestra propuesta (impuestos), y el rol que cabe a la educación privada en ella.

El Estado debe estar en función de que el individuo tenga mejor acceso a la felicidad

             El Estado es un acuerdo entre un grupo de individuos que condicen en un sentido de pertenencia a un territorio, un sistema de símbolos y su aparato de decodificación cultural. El Estado, como convenio, existe porque este grupo de personas considera que la existencia de sus instituciones les permite acceder más a la felicidad.
             La felicidad es un estado de bienestar y autorealización alcanzado mediante la autopropuesta de metas y su (en la mayoría de los casos) ulterior consecución, a través del desarrollo de habilidades, cualidades y relaciones, proceso fractal que genera nuevas metas y nuevos logros, manteniendo el status de felicidad.
[La pirámide de Maslow entrega una apropiada representación esquemática de las jerarquías de necesidades que presuponen la felicidad. Cada nivel es necesario para acceder al siguiente, y una vez que se actualiza (se satisface) un nivel, inmediatamente se desea acceder al superior. El proceso culmina en el nivel superior, que presupone un estado de reactualización constante. La pirámide se actualiza en forma dinámica. La satisfacción de los niveles inferiores es más urgente pero menos gratificante a largo plazo que la satisfacción de los niveles superiores. Un Estado civilizado debe garantizar los dos niveles inferiores mediante el acuerdo económico entre sus individuos, ya sea mediante el impuesto (propuesta capitalista) o la organización centralizada de los recursos (comunista). Ambos modelos han presentado falencias, insuficiencia, en el caso capitalista, y freno al acceso a los niveles superiores, en el caso comunista]

El Acceso a la Autodeterminación

             Es claro que distintos individuos trazarán desiguales planes para su propia felicidad. Sin embargo, la revolución intelectual que significó la Ilustración instaló en los ideales colectivos una piedra inamovible que decía que tales planes sí tienen un vínculo convergente: la educación. Sólo a través de una educación se puede acceder a la felicidad. Tal idea cobró categoría de axioma cuando se convino que la felicidad se logra a través de la autodeterminación, y la autodeterminación se logra a través del conocimiento operativo del yo y de la realidad. La educación aparece así como la llave de la felicidad; no como la felicidad en sí misma, si no como aparato de herramientas imprescindibles para acceder a ella.

             En este marco, se considera entonces que cualquier Estado que quiera garantizar a sus individuos un crecimiento adecuado a través de la pirámide de necesidades (lo cual es, redundantemente, la razón de ser del Estado mismo), debe educar a sus integrantes. Esto no es actualmente discutible. Lo que sí es, es hasta qué nivel se debe educar a un individuo para instrumentalizarlo lo suficiente para permitirle ser autodeterminado.

La adquisición como parámetro de Autodeterminación

             Tras el fracaso (haya sido este inevitable o provocado por la oposición) del modelo comunista de distribución de recursos, se instaló como modelo predominante el de Mercado. En este, la máxima expresión de la Autonomía es la adquisición de bienes o servicios. Con ello, cuajó en el ideario colectivo la asociación felicidad - adquisición.
             La vida se disfrutaría así en torno a los bienes, y la capacidad de adquisición marca los límites de la felicidad.
             La autodeterminación surge desde el evento que, a un número limitado de recursos, el individuo autodetermina en qué bienes invierte para poder administrar su felicidad.

El Significado de lo Profesional

             Se generan castas de adquisición en las cuales los individuos más especializados en áreas de conocimiento o habilidad reciben mayor remuneración. Se asocia lo profesional a mayor adquisición. El ser profesional se vuelve atractivo por tanto en medida que garantiza mayor poder adquisitivo; se genera la asociación profesional - adquisición, fusionándose con la asociación anterior que pasa a ser felicidad - profesional. En este marco, se postularía el rol del Estado como garante de la profesionalidad de sus individuos, en tanto es garante de la felicidad de éstos.

Imposibilidad del Modelo

             Es impracticable un Estado constituido por profesionales. De hecho, es necesario que el número de profesionales sea inferior al de técnicos, y este a su vez inferior al de obreros calificados, por lo que el número de profesionales de un país jamás podría superar, en extremo, al tercio de su población. Por lo tanto, se debe aceptar que a) más del 70% de la población debe ser infeliz, aún en el Estado ideal sustentable, o b) la asociación felicidad - profesionalidad es incorrecta.

Modelo Alternativo

             En un Estado con distribución ideal de especialización, los niveles más elevados de responsabilidad requieren mayor esfuerzo, mayor educación, y por tanto, tienen menor libertad de desarrollo en otras áreas. Este esfuerzo adicional es compensado con una mayor remuneración, lo que redunda en mayor poder de adquisición, compensando la pérdida de libertades y aumento de las cargas. Este modelo sólo es justo en la medida que los individuos puedan ELEGIR el nivel de especialización/remuneración al que desean acceder, y que tal base de elección sea equitativa.
             La posibilidad de elección debería sólo estar sesgada por los elementos no modificables por razones éticas, a saber, carga genética, e impronta cultural.

El Momento de la Elección

             El Estado de distribución ideal planteado requiere que los profesionales, es decir, el personal de mayor especialización, sea el más seleccionado intelectualmente. Por ello, requiere de un sistema no sesgado por otras cualidades, que permita por tanto que sólo aquellos con una carga genética más adecuada, y más disposición académica - actitudinal al área de interés accedan a especializarse en esa área.

Necesidad de Educación Básico - Media Universal, Gratuita, de Alta Calidad

             Según lo expuesto, el paso a seguir es proporcionar un sistema de educación masivo PREVIO a la elección de nivel de especialización. Ello permitiría una real autodeterminación, basada en las preferencias del individuo. Esto se logra con un sistema de educación básica y media basada en herramientas de conocimiento del universo, y no como sistema de preparación a la educación superior. La docencia se convierte en el pináculo de máxima especialización y remuneración. Todo ello requiere fuertes inversiones monetarias y la pérdida de al menos una generación, que costea los impuestos de la inversión pero no recibe los beneficios.

Nuevo Statu Quo

             La educación básico - media es suficiente como medio instrumental básico de exploración del universo, por lo tanto permite al individuo autoconocimiento y con ello autodeterminación. Es pagada por el Estado. No garantiza la entrada al nivel superior. Selecciona por aptitud. Terminada ella, el individuo puede ejercer como obrero, especializarse como obrero, especializarse como técnico, o especializarse como profesional. Desde el Estado, se mantiene la premisa de garantizar el acceso del individuo a la autodeterminación y con ello a la felicidad, pero desde un nueva ponderación de lo que ello significa, manteniendo la sustentabilidad.

Costos de Especialización en el Modelo

             La generación de un especialista es un proceso oneroso. Primeramente, porque requiere en sí misma el empleo de especialistas. Secundariamente, porque es un proceso lento y que resulta productivo sólo en largo plazo. Finalmente, porque requiere un aparataje de producción conformado por muchos especilistas para lograr que el producto final (el especialista) sea realmente productivo.
             Frente a la pregunta de las responsabilidades de costeo de este proceso, se puede abogar por una política privada (el especialista costea su especialización), pública (el Estado costea) o mixta.
             Consideramos que la especialización es una plusvalía para el individuo, conformándose en un bien como tal. Consideramos que el rol garante del Estado queda cubierto en la entrega de Educación Básico - Media. Por ello planteamos que el especialista debiese hacerse cargo de los costos de su educación. Para permitirlo, debe existir un sistema de créditos administrado por el Estado que permita el pago retroactivo de dicha educación.

El especialista de bajo ingreso

             La existencia de especialistas de bajo ingreso se debe a un exceso de especialistas. El exceso de especialistas se debe a una sobreoferta de especialización. La sobreoferta se debe a una noción errónea ya comentada de profesionalidad como equivalente de felicidad. Así, individuos no capacitados para la especialización profesional acceden a sistemas de educación subóptimos, y se convierten en especialistas de calidad inferior, alcanzando sueldos insuficientes para costear su propia especialización.
Hay dos caminos para evitar este fenómeno, que son complementarios y deben aplicarse en forma secuencial. Primeramente, regular el número de especialistas generables. Se asigna un monto tope a cada tipo de especialización anual. Esto evita el acceso de individuos insuficientes al
sistema de especialización. Esta solución es centralista y atenta temporalmente contra el principio fundacional del Estado. La temporalidad depende del progreso idiosincrático de la población, que deja de identificar profesionalidad - felicidad, y en que los individuos incapaces deciden voluntariamente no acceder a los sistemas de especialización, generándose un Statu Quo autosustentable.
             No existe especialidad, en ningún área, dado un número sustentable de especialistas en esa área, que sea de bajo ingreso (esto se explica satisfactoriamente con ley de oferta - demanda y con el sentido común de que "a los buenos siempre les va bien".)

Financiamiento del Sistema

             Chile debiese en los años venideros variar su actividad económica desde un polo fundamentalmente explotador de materias primas hacia un polo de procesamiento de estas. Ello requiere un progresivo incremento del gravaje a las primeras con el objeto de financiar las segundas, hasta alcanzar un nuevo Statu Quo. Dicho fenómeno aún no ocurre, y la única explicación es que ningún grupo está dispuesto a asumir el costo político que ello significaría, pues implica una desaceleración transitoria de la economía por contracción temporal de la inversión.

Lucro, y Universidad Privada

             El nefasto sistema actual es mantenido por la voluntad de los individuos de recibir especializaciones pobres a precios exorbitantes con el solo propósito de ser profesionales. Estos individuos desean ser profesionales para lucrar. Así, se ha mantenido un sistema de lucro paradojalmente sostenido en el deseo de lucro de individuos que no logran lucrar con el proceso. El lucro nunca es de suyo malo en la medida que no interfiera con los intereses del Estado (producir especilistas de alta calidad en número adecuado) ni del individuo (poder autodeterminarse). Actualmente, sólo se cumple con el segundo ítem, puesto que se produce un exceso de especialistas, de bajísima calidad. Es rol del Estado terminar con este proceso, por las dos vías ya mencionadas (limitar el egreso, limitar el ingreso - no olvidemos que los individuos conforman al Estado, y por lo tanto, son responsables también).
             El negocio lucrativo actual sería insustentable de existir una población no dispuesta a malespecializarse. En la coyuntura actual, postulamos que el Estado NO DEBE INVERTIR en Universidades que no le pertenezcan, con objeto de concentrar todos los recursos en su maquinaria de producción de especialistas. Los privados pueden ofrecer sus servicios al Estado en la generación de especialistas, pero el Estado debe siempre regular el número de éstos, hasta que se alcance el nuevo Statu Quo.

Síntesis

             La Estrategia a largo plazo más adecuada es la inversión fuerte de recursos en educación básica y media universal, gratuita, de alta calidad. No se debe regular artificialmente el costo de la especialización. Debe existir un sistema poderoso crediticio que permita la especialización. No se debe permitir la formación de un número excesivo de profesionales.

23 de septiembre de 2011

Educación (Prolegómeno)

En este país ahora toda la gente está lloriqueando a Camiroaga, que se cayó al mar (nadie lloriquea a los Afganos, a los Kosovitas, a los que ud. quiera), y han invertido camionadas de plata en mantener el circo andando (porque el gobierno es incompetente pero no tonto); hasta tienen un ministro designado (ya se lo quisieran otros problemas, un Allamand para ellos solitos, problemas de verdad).
En esos marcos, en que la gente muestra lo -de verdad- inculta y básica que es (gente defendiendo que la Armada gaste y gaste y gaste para mantener el circo, gente consumiendo el circo, gente llorando a mares, gente viajando cual peregrinaje de Compostela a Chicureo a la casa del animador), salta como resorte - para los más despiertos - el tema de educación que hay debajo.
El acceso obvio es del tipo
Viste, está claro que este país necesita mejor educación, ¡Toda la gente preocupada de tonteras! Es porque son incultos; no es su culpa, hay que mostrarles una cosa mejor. Educarlos. Abrir ojos.

Pero me cabe - lamentablemente - la duda. Sospecho que si tuviésemos un país de profesionales, el asunto no sería radicalmente distinto. Es una cuestión de opciones personales. Tengo compañeros de U - la crème de la crème, se supone - que igual llenan sus iPods con reggaetón; mis hermanas, sin ir más lejos, que crecieron en la misma casa llena de libros y sin tele que yo, tararean la música de moda y leen bestsellers.

Y nada de eso está mal.

Una manera de invertir la pregunta sería
¿Para qué vamos a dar educación a esta gente? ¡Míralos! Ellos quieren otras cosas.
Y bien mirado, es una pregunta interesante. Quizá se es feliz peregrinando donde Camiroaga. Who knows?