Mis hermanas no logran computar el concepto que eventualmente, me tiraría a (casi) todas mis amigas. La discusión reaparece porque yo les digo que tienen sus pobres friendzoned guys, y ellas no se dan cuenta, y yo vuelvo a discutirles que los pobres cabros quisieran ser más que amigos, y ellas me dicen que si acaso yo nunca he tenido una amiga, y yo les digo que claro que sí, y ellas me dicen que entonces debería entender, pero que lo que me pasa es que en verdad siempre he querido algo con mis amigas. (De ahí la discusión deriva en que soy un sátiro esclavo de mis impulsos primitivos de esparcir simiente, Fernanda me enrostra al Freud completo tomos del 1 al 1563 y Antonia me equipara al más vil de los gusanos bentónicos)
Parcialmente es cierto.
No vengo a hacer la clásica apología de "somos todos iguales, lo que pasa es que las mujeres no se han dado cuenta". Efectivamente, las minas trazan unas líneas - no líneas, muros de acero y piedra incaica - que dividen con claridad meridiana los individuos tirables de los nunca - jamás - en - la - vida - ni - aunque - fuera - el - último - espécimen - reproductible - de - la - especie. Las reglas que rigen - si es que en verdad existen - esta normativa, me permanecen obscuras. Un acercamiento inicial podría pensarse bajo la simpleza del "bonito" / "no bonito". Pero no es tan fácil. Es intrincado, ilógico, impredecible: es femenino. En todo caso, sólo podría tener un interés académico el descifrar aquello, y no lo tiene ya para mí (supongo que es la edad y la andropausia clamando posesión progresiva de mi cuerpo y sus gónadas).
Para los hombres es mucho más simple. Entre los 15 - 20, cualquier mina rica es tirable. Cualquiera. Desde los 20 en adelante, cualquier mina bonita y que me caiga simpática es tirable. Así no más. Así de claro. (Inserte aquí la avalancha de caballeros en blanca armadura que intentarán negar esto, y la segunda avalancha de minas alumbrás que ridiculizarán esto). Por lo que la ecuación es simple. Todas mis amigas me caen bien. Me agrada estar con ellas. Me siento a gusto, cómodo, liviano, reconocido como persona. Por eso son mis amigas. Cruza el diagrama de Venn con todas las amigas que son bonitas, y paff, son todas instantáneamente sexys.
Lo que no implica (todo en la vida tiene un pero) que vaya a invertir el más mínimo esfuerzo en hacerlo. Verás, uno es capaz de predecir universos paralelos. Y si en esos universos paralelos una amiga rica quiere sweet sweet love, se lo daría. Pero pasados los 20, uno simplemente archiva eso en la unidad de "realidades ficticias posibles". Antes de los 20, pasa, uno puede incluso vivir atormentado por la posibilidad de hacerlo realidad, con mayor o menor funcionalidad en la vida diaria (postulo que por eso, antes de los 20, uno tiene o pinches en potencia, o está en la friendzone, pero simplemente, amigas, lo que son amigas, no tiene).
¿Me tiraría a mi mejor amiga? Ooooooobvio que sí. ¿Alguna posibilidad de que suceda? Ninguníiiiiisima en la tierra. ¿Modifica esto en algo la relación? En naaaaaada. Pero ojo: hay veces que uno dice "en nada" pero no es verdad. Atentito, querido lector, querida lectora: si está pensando "en nada" pero la verdad es que con ésa o ése, tan, pero tan especial amigo, se cuida de vestirse siempre bien, previene contar episodios indecorosos, y sobre todo, se cuida de estar siempre disponible y nunca parecer ni demasiado lejano ni demasiado cercano, puede que en verdad no esté en el equilibrio zen de los amigos tirables. Es éso lo que hace la diferencia.
y ahora, webóntsss, Daft Punk mezclado por Chemical Brothers: