Esta es la entrada número 500.
Empecé el 22 de julio del 2006 (así es, no hay error en esa fecha).
Tenía pensado hacer un balance,
recordar los posts emblemáticos,
hacer una lista con los 50 mejores,
los 15 imperdibles, algo así.
Me puse a leer desde el comienzo el blog inicial y me di cuenta:
a) que me daba paja leerme 500 entradas.
b) que he cambiado mucho más de lo que pensaba mi forma de escribir.
c) que en definitiva, el yo que soy más yo, mi mente, no es tan lineal como creía.
Y es un lindo ejercicio, y lo más bonito de tener un blog. El testimonio, el espejo de mis tiempos de estupidez, de depresión adolescente, de idealismo inocentón, de creerme el cuento de mí mismo. Que quede, cuando tenga mucha plata voy a imprimirlo todo en un libro.
500. Muchas gracias, y ¡salud!
3 comentarios:
Felicitaciones Juan! Notaste algun cambio en especial? Una buena historia para compartir? Es interesante poder ver en retrospectiva el proceso de maduración individual
Anónimo: siempre he tenido una estructura de discurso muy dependiente de las pausas, abuso del punto y coma para generar conclusiones, y proyecto un texto con una estructura que parece conversacional pero con retóricas que le son ajenas.
Noté que ha cambiado el lugar donde pongo las pausas, que las exigencias que hago el lector se han trasladado desde la estructura (comprenderme la dinámica) al contenido (deducirme las referencias).
Una buena historia sería releer el primer artículo que publiqué en el primer blog, un ensayo que se llamaba "lesbianismo y arte", que consideré por años lo mejor que había escrito. Lo intenté volver a leer y me venció el tedio.
Todos los que escribimos, tarde o temprano, hacemos esa revisión y pensamos...cómo pude escribir tanto y tan mal...aunque no soy el caso, porque celebro cada una de las palabras que escribí. Sí, me quiero mucho jajaja.
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