Advertencia

Este blog NO es el blog del Médico Juan - Ignacio Reculé Rivera. Si usted busca a ese facultativo, puede encontrarlo AQUÍ.
Mostrando entradas con la etiqueta Medicina. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Medicina. Mostrar todas las entradas

24 de junio de 2013

Desintegrado

Todos escribimos desde el humus de nuestra mente, al final. Lo que es menos claro, pero igual de cierto, es que también leemos desde allí: Lo que vamos pensando, lo que rellena el día, que es la materia que se va acumulando al fondo del seso, se descompone lento como en una compostera, y hace que nos terminemos preguntando por qué pareciera que los mismos temas se nos repiten en distintos colores.
Eugène Minkowski

Estoy en el terminal, con frío, porque Santiago está helado, huyendo de los malditos y obsesivos fumadores (un paciente se mandó una para el bronce: "es más fácil que deje la pasta a que deje de fumar, doctor") que llenan el aire de cenizas; busco un lugar para poder abrir mi librito azul, y cuando al fin lo logro, desde hace 80 años, me habla el tiempo vivido:


En presencia de este particular empobrecimiento de su vida [la de un enfermo] experimentamos la dolorosa sensación de saberlo todo acerca de él. Falta el fondo común con nuestros semejantes; el psiquismo de nuestro enfermo se halla demasiado cerca de nuestro entendimiento; vemos delante de nosotros ese psiquismo en todos sus detalles, como un conjunto de objetos y no como una obra de teatro, tras la cual se siente el juego de fuerzas divinas. Desarraigado de la base común nuestro enfermo no tiene, desde este punto de vista, nada de "semejante"; tenemos ante nosotros a un alienado.

[...]

Ahora sé, yo, que seguirá afirmando que será ajusticiado la noche siguiente; él lo hace realmente, sin preocuparse por el presente ni por el pasado. [...] Nuestro enfermo carece por completo de este propulsión hacia el futuro; no tiene tendencia alguna a generalizar, a llegar a una regla empírica.

[...]
 
Éstas [las jornadas], por ello, conservan una independencia mayor que la ordinaria, no se desvanecen en la sensación de la continuidad de la vida; cada una de ellas emerge como un islote independiente del mar gris del futuro; reinicia de nuevo la existencia; lo ya hecho, lo ya vivido no intervienen del mismo modo que en nosotros, porque parece que no existe el deseo de ir más lejos [...] el futuro está obstruido.
 
El Tiempo Vivido. Eugène Minkowski, 1933.

Simultáneamente (¿al mismo tiempo?), en mis oídos, Trent Reznor acompaña con esto, como si yo también fuera el personaje de un sueño apodíptico, y paranoico, sintiera que todo el universo gira en torno a mis ideas:


Los esquizofrénicos no la pasan bien.
No sé exactamente lo que quiero decir con este post, pero llevo 21 días en la corta estadía psiquiátrica del Sótero (no, malditos, no internado, sino como interno). Por ahí leí (ya no me acuerdo a quién, carajo), algo así como "el esquizofrénico vive absorto en su psicosis, en su rico mundo interior", y hoy (hace una semana) la Coni (es tan linda la Coni, con esos ojazos como dos melones negros) "están como en su mundo, viven su locura".
Nein nein nein nein. ¿Te imaginai lo que es no saber clarito dónde te acabas y donde empieza el mundo? ¿no estar seguro de qué es el mundo? ¿qué significan las cosas?. No, weón, los esquizofrénicos no la pasan bien.

El enfermo psiquiátrico es el salón experimental del hombre por excelencia. El mejor modelo para entender la naturaleza del ser humano es aquél donde el mosaico se ha quebrado, donde las piezas han sido arrojadas fuera del lugar.
El Verstehen de Jaspers, la comprensión que es posible entre semejantes, es una forma de mímesis de un alma por la mía. Hacer esa mímesis es ser una interprteación, es estar versionando; sospecho la imposibilidad de extraer bloques de abstracción desde allí, desde tan cerca. La identificación impide el reconocimiento de lo que subyace; el contenido reflejado opaca la forma. (No niego, sin embargo, la posibilidad de extraer Dharma, obtener conocimiento sin palabras, forma repleta de contenido, es decir especificada, ya no abstracta: forma puesta en movimiento).

Desarmar la guitarra eléctrica no es similar a tocarla. Pero desarmar la guitarra, explicar la guitarra y reconstruirla reotorga al tocar una dimensión de sacralidad.
De eso se trata la psiquiatría. El Ser - Devenir Humano (Minkowski me echó a perder el concepto de ser si no va acompañado del devenir; lo estático y lo fluente, lo expandido y lo expansivo, lo continuo y lo que continúa, se necesitan recíprocamente para explicar - y también para nombrar - al bicho que es el hombre) es SAGRADO. Reconocer las partes del individuo desorganizado es única manera de estar suficientemente lejos del Verstehen para casi secretamente, abrigar la esperanza de en algún futuro, proponer la reconstrucción.

Aciago precio para el enfermo. Pero teniendo esta sacralidad siempre en vigencia, podemos encontrar un sentido verdadero al ejercer.

Right Where It Belongs by Nine Inch Nails on Grooveshark
Nota a la música: Note las intrusiones. Sienta los aplausos como el brote de un estado afectivo ajeno, que interrumpe. Experimente el bajo ostinato como la monotonía impresa por la atemporalidad. Deje rebotar la insistencia del piano como la certeza palpable a la que puede, a la que debe aferrarse en un entorno incomprensible y hostil. Entonces - sólo entonces - deje aparecer el contenido; sienta esta sospecha de irrealidad, de - en cierto modo - de ocultación, y afírmese insistentemente a ella, porque ese delirio es ahora lo único que tiene: porque le llena la mente. Bienvenido a la experiencia esquizofrénica, amigo.

See the animal in his cage that you built, (Mira el animal en su jaula, la que tú construiste)
Are you sure what side you’re on? (¿Estás seguro del lado en el que estás?)
Better not look him too closely in the eye, (Mejor no mirarlo demasiado cerca a los ojos)
Are you sure what side of the glass you are on? (¿Estás seguro de la parte del vidrio en que estás?) See the safety of the life you have built, (Mira la seguridad de la vida que has construido)
Everything where it belongs (Todo donde pertenece)
Feel the hollowness inside of your heart, (Siente el vacío adentro de tu corazón)
And it’s all… right where it belongs (Y todo está… justo en donde pertenece)

What if everything around you, (¿Qué tal si todo lo que te rodea)
Isn’t quite as it seems? (no es tal como parece?)
What if all the world you think you know, (¿Qué pasa si todo el mundo que crees que conoces)
Is an elaborate dream? (es un sueño elaborado?)
And if you look at your reflection, (Y si miras en tu reflejo)
Is it all you want it to be? (Es justo todo lo que quieres que sea?)
What if you could look right through the cracks, (¿Qué pasaría si pudieras mirar a través de las grietas,)
Would you find yourself… find yourself afraid to see? (te hallarías… te hallarías asustado de mirar?)

What if all the world’s inside of your head? (¿Qué pasa si todo el mundo está dentro de tu cabeza?) Just creations of your own (Simplemente creaciones tuyas)
Your devils and your gods all the living and the dead (Tus demonios y tus dioses, todo lo viviente y lo muerto)
And you’re really all alone (Y estás realmente solo por completo)
You can live in this illusion, (Puedes vivir en esta ilusión,)
You can choose to believe. (Puedes elegir creer.)
You keep looking but you can’t find the woods, (Sigue buscando pero no vas a encontrar la arboleda) While you’re hiding in the trees (Mientras te escondes en los árboles)
(buena parte modificado desde acá)

4 de mayo de 2012

Word Problems

La paciente entró al box y yo lancé una de mis frases prefabricadas, preprobadas, infalibles si van acompañadas de una cálida actitud de no problem, i'm in charge, qué te pasó. Comenzó a desnudarse un poco, y yo leí en voz alta que llevaba unos días desde su parto, que al parecer tenía una infección y que estaba con algo de fiebre. Sin respuesta. Camila, la volví a llamar. Puta ya me tocó una crazy bitch, pensé para mis adentros, esto se viene con alteraciones de la perso
Se subió a la camilla y yo la miré, un poco perplejo. Insití en intentar la conversación antes de pasar directamente a su vulva (consejo que nunca, nunca, en ninguna situación, puede ser malo), a lo que ella comenzó con ininteligibles articulaciones con las que finalmente me dio a entender que no hablaba nada, que era sordomuda.
Full of fun, hubo que comunicarse con un papel en que le hacía preguntas, le explicaba cosas, y ella me consultaba de vuelta.
Ilustrado: un dolor de cabeza.
O un upcoming bukkake session.
Usted elija
Lo que quiero rescatar está en el lenguaje. Era de una familia modesta, modestísima, y se comunicaba con ellos con gestos. Eran tan humildes que ni siquiera manejaban lenguaje de señas, pero ella sabía escribir, escribir a una velocidad que jamás había visto en un paciente del Sótero, y con una caligrafía mejor que la de muchos de mis compañeros. Lo que me llamó la atención era la conjugación. No podía hacerlo. Hablaba en sustantivos y verbos infinitivos. Me preguntó ¿Cómo sentir dolor cabeza? (sí, con ZETA!) en un papel, intentando saber por qué le dolía tanto la cabeza y qué tenía que hacer para que se le pasara.
Ahí me detuve un segundo. Un segundo en ese mundo abstracto, silencioso, de conceptos casi absolutos en que ella debía vivir. Sin lenguaje oral, con un lenguaje de gestos, sin conjugar. Un mundo empírico, sin transiciones, casi de puras verdades. Intenté imaginar vivir en eso donde no hay un lenguaje que corte la realidad en casilleros, sólo la experiencia proveyendo un mínimo lenguaje para interactuar, el resto pura realidad; paradojalmente, pura sensorialidad y experiencia. Makes you think, yo.

***

La segunda paciente tenía una semana de dolor. Una semana de dolor en la que había consultado a cuatro médicos, había iniciado y suspendido un curso de antibióticos, le habían hecho una ecografía abdominal y propuesto una cirugía, le habían dado tres diagnósticos diferentes. Una semana de dolor cólico típico de trastorno funcional. Una semana de vil, común, desagradable colon irritable. Una semana de que le dijeran, como yo, esto no es una urgencia, tienes que vértelo en un consultorio, no puedo ofrecerte tratamiento acá. Malditos trastornos funcionales.
Me la quedé mirando mientras le explicaba eso, y dejé un momento de silencio. Y la miré. Y hice lo que a todos les carga que haga en la urgencia, pero lo hice igual porque ya eran las 12 de la noche y quedaban pocas pacientes en la cola, y le pregunté ¿ha cambiado tu estilo de vida últimamente? ¿algo pasó en tu casa?. Sólo eso. Y se le llenaron los ojos de lágrimas y sólo asintió, y se las ennjugó, y tímidamente me preguntó si eso podía tener algo que ver. Porque sin saberlo, ella sólo necesitaba eso, alguien que le dijera que sí, que le dolía la guata porque su vida estaba patas arriba, y que no era ridículo y que tenía solución. Se fue con una sonrisa, contenta.

Es tan simple. Es tan simple.

19 de abril de 2012

La Trampa del Turno

          Dejemos de lado a las gordas mórbidas. Dejemos de lado a las diabéticas que no se cuidan, que creen que la salud es un maná que brota de la tierra y no tiene nada que ver con sus acciones. No pensemos un momento en esas viejas cachenchas polisintomáticas que no necesitan un doctor, necesitan que las quieran.
Si nos abstraemos de eso, los turnos sí son lindos. Porque pese a lo que el lector conocedor pudiese pensar de mi persona, hay pocas cosas más lindas que un recién nacido llorando con ganas, y el momento en que su simiesca y peluda cabeza aparece por algún orificio para saludar al mundo. Porque las embarazadas fisiológicas, esas que subieron de peso sólo por su guagua y su útero y no por antojo constante de completos, sí tienen esa aura beatífica, esa belleza sublime y reposada que dan ganas de hacerles cariño.

          Ahí está el peligro, claro.

          Porque es muy fácil mirar el estilo de vida de estos sujetos y decir son unos idiotas, cómo es posible que estén tan desesperados por la plata que estén dispuestos a trabajar de noche una vez a la semana. Pero es que el gran secreto es que no lo hacen por dinero. Lo hacen porque les gusta. Y me doy cuenta porque también lo siento. Porque uno llega a generar una pequeña mitología de uno mismo, un personajillo agradable al que le gusta representar, porque lo ha ido construyendo con esmero, condimentándolo con pequeñas perlas que profesores significativos aportaron, o sutiles aprendizajes que sólo eran obtenibles por experiencia; porque es agradable llamar a las pacientes y decirles en qué te ayudo, sonreír como promotora de vinos y desconcertarlas un poquito con un trato infinitamente amable que desmiente esas urgencias de un paciente tras otro y el trato maligno de los otros laburadores de la salud. Porque es rico recibir, escuchar, diagnosticar, tratar, y al final el premio de sentir que la paciente está resuelta y no sólo está resuelta: se siente resuelta.

          Debe ser fácil, debe ser canallamente fácil pisar el palito y hacer los turnos. Porque la sensación es de pasarlo bien; porque es entretenido hacer camaradería con un grupo de personas que vibra con las mismas cosas que tú. Porque hay que tener una convicción férrea para decir No. Yo lo veo, lo veo y le hago el quite, me escapo, pero qué fácil sería vender un ratito del espacio personal, acceder a cambiar un poquito del plan original y hacer el turno, y tener la especialidad médico quirúrgica, total, la estadística dice que me caso con una doctora y seguro me entenderá, tú sabes, el turno.

          Si la decisión fuera entre la plata y el bienestar, como yo creía que era, sería mucho más fácil. Pero la decisión es entre dos tipos de bienestar. Entre un bienestar reposado, natural, y ese otro bienestar, el bienestar del bicho activo, el bienestar del cerebro, el bienestar del que ama lo que hace.

          Decidir siempre es botar algo que te gusta, en fin de cuentas,

3 de enero de 2012

Dárselas de Choro...

... e irse en bici desde la U a la casa con 36º.
Nunca jamás never ever again.

Sudao como chancho. Cansao como viejo IC. Sad.


Ver mapa más grande

Las enfermeras de la Posta...

... son impermeables al afecto.

17 de mayo de 2011