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8 de marzo de 2011

On the Nature of Love

(díptico con On the Nature of Hatred)



Alguna vez bajo un árbol dije
el amor es la generación de un proyecto; es la tendencia de un ente
a otro ente (incluso a sí mismo)
que invade, que se enraiza tan profundamente que llega al fondo
y cuando una tenue proyección de eso que es como una suave masa líquida y blanca, como un virus toca el proyecto que tienes de ti mismo,
ahí empieza el amor;

Es eso que es tan fuerte que te permite modificar
lo que creías y querías que ibas a ser
para integrar eso que amas (ella él tu perro tu gato tu colección de cartas Magic)
en lo que vas a ser
de ahora en adelante.
Es que el otro ya no es otro porque yo soy su otro y entonces ahora somos
un algo que es distinto;
y mucho más importante,
somos un algo que va a ser.

El amor es un proyecto, es un objetivo, es soñar tu propia definición
incluyendo al otro,
es avanzar hacia esa definición de ti mismo
que incorpora al otro
que lo hace no necesario, porque en nuestra lengua eso parece implicar debilidad
sino integrante
es parte de la integralidad que eres tú.

Eso es amor, dije como un pequeño Buddha debajo de un árbol que no era una higuera.

Creo que aún se prueba quiero que se pruebe verdadero para mí.

Sin embargo, hoy veo una aporía incandescente, un mal terrible, un cáncer instalado en esta definición que me gusta tanto, que he acariciado y construido y limado a lo largo de mi experiencia vital.

Requirencia de simultaneidad.
El amor es un proyecto, y eventualmente, puede desarrollarse unilateralmente:
Yo cambio mi proyecto y modelo mi futuro para incluirte en él, a mi manera, aunque sea como una imagen, o un ídolo. Podría ser suficiente.
Pero el buen tino dice que uno nunca se contenta con eso.
Quiere reciprocidad; pareciera ser que sólo a través de ésta el proyecto alcanza sus cotas más altas de grandeza.
Sin embargo, sucede en la gran mayoría de individuos que han aprendido a no entregar más allá de lo que reciben.
El amor sería entonces
un evento
que requiere la preexistencia de sí mismo para suceder completo.

On the Nature of Hatred

(díptico con On the Nature of Love)



¿Qué es el odio?
Probablemente la pregunta carezca de sentido, en la medida en que aún llegando a un concepto canónico de a qué nos referimos...

...nadie lo adoptaría. Está demasiado imbricado en el lenguaje, demasiado compulsivamente metido en las cosas que tenemos que hacer de vez en cuando. Nadie nos va a discutir que defenestrar es la bella palabra que se asigna al acto de lanzar a una persona por la ventana en forma de castigo; pero eso es porque uno no anda defenestrando todo el tiempo.

Odiar es público y polimorfo.
Odiar es... ¿natural?

Siempre he defendido que el odio es el opuesto del amor, que el amor es la entrega total para generar realidades nuevas, mientras que el odio... ¿es la ausencia de entrega? ¿para no generar nada? ¿para destruir, quizá?

Quizá no estaba tan acertado. Quizá el odio es una actividad en sí misma, un evento positivo más que el opuesto de otro. El odio es una dirección, una tendencia, una fiebre que produce, que genera.

¿Debe odiar el hombre? ¿Cómo se selecciona en la evolución este rasgo aparentemente estorboso? Somos animales gregarios y débiles en soledad, diseñados para la potencia de la masa. Y nadie puede negar que el rasgo es ubicuo. El odio está en todas partes, todas las razas, todos los credos, todas las culturas tienen una palabra para él, una manera de pronunciar esto que a veces estalla en el pecho y quiere echar las costillas afuera, preferentemente en jabalinas para rasgar las carnes, para destruir lo odiado.

Otra pregunta tonta. Por supuesto que debe odiar, si no el rasgo no nos serviría, no estaría en nosotros. La pregunta es teleológica.
                                                       ¿Por qué debe odiar?
¿Es el odio bueno?
¿Es el odio el motor que nos mueve? ¿Necesitamos el odio para seguir yendo?
Los humanos aman para mantener la manada. ¿El odio genera nuevas manadas? ¿El odio genera al apartado, al diferente, al que se aleja y es nuevo, al que inventa?

La masa que ama
se queda inmóvil
y perece.
El odio salva a aquél que odia.          ?

El odio mantiene al hombre vivo. Preda, abandona, let go and kill thy brother, thy sister, thy father, thy lover.
Eat. Hate. Eat. Hate. Eat. Hate. Eat. Hate. Eat. Hate. Eat. Hate. Eat. Hate. Eat. Hate.
Oh dios odios oh dios odios oh dios odios oh dios odios oh dios odios oh dios odios.

El odio es la herramienta de los Cainitas.