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16 de noviembre de 2011

FELICIDAD, ESTADO, Y EDUCACIÓN

(Es evidente que hay aristas no tocadas en el texto, pero ultramanoseadas en mi mente. Sírvase comentar para que las discutamos)


ABSTRACT El objetivo de la gente es ser feliz. Facilitar ese proceso es la razón de ser del Estado. Actualmente, hay un concepto de felicidad doblemente ligado a la educación; por un lado, aumentando la posibilidad de acceso a bienes y servicios, y por el otro, por considerarse un elemento de felicidad en sí mismo. Basado en estos dos supuestos, se ha propuesto que el Estado garantice educación gratuita de nivel superior a todos sus ciudadanos. Exploramos la posibilidad de que tal conclusión sea errónea basados en tres puntos: La asociación educación - felicidad es falsa; El rol del Estado es de permitir el acceso a la educación superior, no su gratuidad; La educación superior es una plusvalía de la cual el beneficiario debe responsabilizarse. Se enfrenta la crítica principal a este modelo (a saber, el costo inalcanzable de ciertas carreras en función de su remuneración posterior) desde una perspectiva Estatista. Finalmente, se comentan futuras líneas de trabajo en función de hacer sustentable nuestra propuesta (impuestos), y el rol que cabe a la educación privada en ella.

El Estado debe estar en función de que el individuo tenga mejor acceso a la felicidad

             El Estado es un acuerdo entre un grupo de individuos que condicen en un sentido de pertenencia a un territorio, un sistema de símbolos y su aparato de decodificación cultural. El Estado, como convenio, existe porque este grupo de personas considera que la existencia de sus instituciones les permite acceder más a la felicidad.
             La felicidad es un estado de bienestar y autorealización alcanzado mediante la autopropuesta de metas y su (en la mayoría de los casos) ulterior consecución, a través del desarrollo de habilidades, cualidades y relaciones, proceso fractal que genera nuevas metas y nuevos logros, manteniendo el status de felicidad.
[La pirámide de Maslow entrega una apropiada representación esquemática de las jerarquías de necesidades que presuponen la felicidad. Cada nivel es necesario para acceder al siguiente, y una vez que se actualiza (se satisface) un nivel, inmediatamente se desea acceder al superior. El proceso culmina en el nivel superior, que presupone un estado de reactualización constante. La pirámide se actualiza en forma dinámica. La satisfacción de los niveles inferiores es más urgente pero menos gratificante a largo plazo que la satisfacción de los niveles superiores. Un Estado civilizado debe garantizar los dos niveles inferiores mediante el acuerdo económico entre sus individuos, ya sea mediante el impuesto (propuesta capitalista) o la organización centralizada de los recursos (comunista). Ambos modelos han presentado falencias, insuficiencia, en el caso capitalista, y freno al acceso a los niveles superiores, en el caso comunista]

El Acceso a la Autodeterminación

             Es claro que distintos individuos trazarán desiguales planes para su propia felicidad. Sin embargo, la revolución intelectual que significó la Ilustración instaló en los ideales colectivos una piedra inamovible que decía que tales planes sí tienen un vínculo convergente: la educación. Sólo a través de una educación se puede acceder a la felicidad. Tal idea cobró categoría de axioma cuando se convino que la felicidad se logra a través de la autodeterminación, y la autodeterminación se logra a través del conocimiento operativo del yo y de la realidad. La educación aparece así como la llave de la felicidad; no como la felicidad en sí misma, si no como aparato de herramientas imprescindibles para acceder a ella.

             En este marco, se considera entonces que cualquier Estado que quiera garantizar a sus individuos un crecimiento adecuado a través de la pirámide de necesidades (lo cual es, redundantemente, la razón de ser del Estado mismo), debe educar a sus integrantes. Esto no es actualmente discutible. Lo que sí es, es hasta qué nivel se debe educar a un individuo para instrumentalizarlo lo suficiente para permitirle ser autodeterminado.

La adquisición como parámetro de Autodeterminación

             Tras el fracaso (haya sido este inevitable o provocado por la oposición) del modelo comunista de distribución de recursos, se instaló como modelo predominante el de Mercado. En este, la máxima expresión de la Autonomía es la adquisición de bienes o servicios. Con ello, cuajó en el ideario colectivo la asociación felicidad - adquisición.
             La vida se disfrutaría así en torno a los bienes, y la capacidad de adquisición marca los límites de la felicidad.
             La autodeterminación surge desde el evento que, a un número limitado de recursos, el individuo autodetermina en qué bienes invierte para poder administrar su felicidad.

El Significado de lo Profesional

             Se generan castas de adquisición en las cuales los individuos más especializados en áreas de conocimiento o habilidad reciben mayor remuneración. Se asocia lo profesional a mayor adquisición. El ser profesional se vuelve atractivo por tanto en medida que garantiza mayor poder adquisitivo; se genera la asociación profesional - adquisición, fusionándose con la asociación anterior que pasa a ser felicidad - profesional. En este marco, se postularía el rol del Estado como garante de la profesionalidad de sus individuos, en tanto es garante de la felicidad de éstos.

Imposibilidad del Modelo

             Es impracticable un Estado constituido por profesionales. De hecho, es necesario que el número de profesionales sea inferior al de técnicos, y este a su vez inferior al de obreros calificados, por lo que el número de profesionales de un país jamás podría superar, en extremo, al tercio de su población. Por lo tanto, se debe aceptar que a) más del 70% de la población debe ser infeliz, aún en el Estado ideal sustentable, o b) la asociación felicidad - profesionalidad es incorrecta.

Modelo Alternativo

             En un Estado con distribución ideal de especialización, los niveles más elevados de responsabilidad requieren mayor esfuerzo, mayor educación, y por tanto, tienen menor libertad de desarrollo en otras áreas. Este esfuerzo adicional es compensado con una mayor remuneración, lo que redunda en mayor poder de adquisición, compensando la pérdida de libertades y aumento de las cargas. Este modelo sólo es justo en la medida que los individuos puedan ELEGIR el nivel de especialización/remuneración al que desean acceder, y que tal base de elección sea equitativa.
             La posibilidad de elección debería sólo estar sesgada por los elementos no modificables por razones éticas, a saber, carga genética, e impronta cultural.

El Momento de la Elección

             El Estado de distribución ideal planteado requiere que los profesionales, es decir, el personal de mayor especialización, sea el más seleccionado intelectualmente. Por ello, requiere de un sistema no sesgado por otras cualidades, que permita por tanto que sólo aquellos con una carga genética más adecuada, y más disposición académica - actitudinal al área de interés accedan a especializarse en esa área.

Necesidad de Educación Básico - Media Universal, Gratuita, de Alta Calidad

             Según lo expuesto, el paso a seguir es proporcionar un sistema de educación masivo PREVIO a la elección de nivel de especialización. Ello permitiría una real autodeterminación, basada en las preferencias del individuo. Esto se logra con un sistema de educación básica y media basada en herramientas de conocimiento del universo, y no como sistema de preparación a la educación superior. La docencia se convierte en el pináculo de máxima especialización y remuneración. Todo ello requiere fuertes inversiones monetarias y la pérdida de al menos una generación, que costea los impuestos de la inversión pero no recibe los beneficios.

Nuevo Statu Quo

             La educación básico - media es suficiente como medio instrumental básico de exploración del universo, por lo tanto permite al individuo autoconocimiento y con ello autodeterminación. Es pagada por el Estado. No garantiza la entrada al nivel superior. Selecciona por aptitud. Terminada ella, el individuo puede ejercer como obrero, especializarse como obrero, especializarse como técnico, o especializarse como profesional. Desde el Estado, se mantiene la premisa de garantizar el acceso del individuo a la autodeterminación y con ello a la felicidad, pero desde un nueva ponderación de lo que ello significa, manteniendo la sustentabilidad.

Costos de Especialización en el Modelo

             La generación de un especialista es un proceso oneroso. Primeramente, porque requiere en sí misma el empleo de especialistas. Secundariamente, porque es un proceso lento y que resulta productivo sólo en largo plazo. Finalmente, porque requiere un aparataje de producción conformado por muchos especilistas para lograr que el producto final (el especialista) sea realmente productivo.
             Frente a la pregunta de las responsabilidades de costeo de este proceso, se puede abogar por una política privada (el especialista costea su especialización), pública (el Estado costea) o mixta.
             Consideramos que la especialización es una plusvalía para el individuo, conformándose en un bien como tal. Consideramos que el rol garante del Estado queda cubierto en la entrega de Educación Básico - Media. Por ello planteamos que el especialista debiese hacerse cargo de los costos de su educación. Para permitirlo, debe existir un sistema de créditos administrado por el Estado que permita el pago retroactivo de dicha educación.

El especialista de bajo ingreso

             La existencia de especialistas de bajo ingreso se debe a un exceso de especialistas. El exceso de especialistas se debe a una sobreoferta de especialización. La sobreoferta se debe a una noción errónea ya comentada de profesionalidad como equivalente de felicidad. Así, individuos no capacitados para la especialización profesional acceden a sistemas de educación subóptimos, y se convierten en especialistas de calidad inferior, alcanzando sueldos insuficientes para costear su propia especialización.
Hay dos caminos para evitar este fenómeno, que son complementarios y deben aplicarse en forma secuencial. Primeramente, regular el número de especialistas generables. Se asigna un monto tope a cada tipo de especialización anual. Esto evita el acceso de individuos insuficientes al
sistema de especialización. Esta solución es centralista y atenta temporalmente contra el principio fundacional del Estado. La temporalidad depende del progreso idiosincrático de la población, que deja de identificar profesionalidad - felicidad, y en que los individuos incapaces deciden voluntariamente no acceder a los sistemas de especialización, generándose un Statu Quo autosustentable.
             No existe especialidad, en ningún área, dado un número sustentable de especialistas en esa área, que sea de bajo ingreso (esto se explica satisfactoriamente con ley de oferta - demanda y con el sentido común de que "a los buenos siempre les va bien".)

Financiamiento del Sistema

             Chile debiese en los años venideros variar su actividad económica desde un polo fundamentalmente explotador de materias primas hacia un polo de procesamiento de estas. Ello requiere un progresivo incremento del gravaje a las primeras con el objeto de financiar las segundas, hasta alcanzar un nuevo Statu Quo. Dicho fenómeno aún no ocurre, y la única explicación es que ningún grupo está dispuesto a asumir el costo político que ello significaría, pues implica una desaceleración transitoria de la economía por contracción temporal de la inversión.

Lucro, y Universidad Privada

             El nefasto sistema actual es mantenido por la voluntad de los individuos de recibir especializaciones pobres a precios exorbitantes con el solo propósito de ser profesionales. Estos individuos desean ser profesionales para lucrar. Así, se ha mantenido un sistema de lucro paradojalmente sostenido en el deseo de lucro de individuos que no logran lucrar con el proceso. El lucro nunca es de suyo malo en la medida que no interfiera con los intereses del Estado (producir especilistas de alta calidad en número adecuado) ni del individuo (poder autodeterminarse). Actualmente, sólo se cumple con el segundo ítem, puesto que se produce un exceso de especialistas, de bajísima calidad. Es rol del Estado terminar con este proceso, por las dos vías ya mencionadas (limitar el egreso, limitar el ingreso - no olvidemos que los individuos conforman al Estado, y por lo tanto, son responsables también).
             El negocio lucrativo actual sería insustentable de existir una población no dispuesta a malespecializarse. En la coyuntura actual, postulamos que el Estado NO DEBE INVERTIR en Universidades que no le pertenezcan, con objeto de concentrar todos los recursos en su maquinaria de producción de especialistas. Los privados pueden ofrecer sus servicios al Estado en la generación de especialistas, pero el Estado debe siempre regular el número de éstos, hasta que se alcance el nuevo Statu Quo.

Síntesis

             La Estrategia a largo plazo más adecuada es la inversión fuerte de recursos en educación básica y media universal, gratuita, de alta calidad. No se debe regular artificialmente el costo de la especialización. Debe existir un sistema poderoso crediticio que permita la especialización. No se debe permitir la formación de un número excesivo de profesionales.

23 de septiembre de 2011

Educación (Prolegómeno)

En este país ahora toda la gente está lloriqueando a Camiroaga, que se cayó al mar (nadie lloriquea a los Afganos, a los Kosovitas, a los que ud. quiera), y han invertido camionadas de plata en mantener el circo andando (porque el gobierno es incompetente pero no tonto); hasta tienen un ministro designado (ya se lo quisieran otros problemas, un Allamand para ellos solitos, problemas de verdad).
En esos marcos, en que la gente muestra lo -de verdad- inculta y básica que es (gente defendiendo que la Armada gaste y gaste y gaste para mantener el circo, gente consumiendo el circo, gente llorando a mares, gente viajando cual peregrinaje de Compostela a Chicureo a la casa del animador), salta como resorte - para los más despiertos - el tema de educación que hay debajo.
El acceso obvio es del tipo
Viste, está claro que este país necesita mejor educación, ¡Toda la gente preocupada de tonteras! Es porque son incultos; no es su culpa, hay que mostrarles una cosa mejor. Educarlos. Abrir ojos.

Pero me cabe - lamentablemente - la duda. Sospecho que si tuviésemos un país de profesionales, el asunto no sería radicalmente distinto. Es una cuestión de opciones personales. Tengo compañeros de U - la crème de la crème, se supone - que igual llenan sus iPods con reggaetón; mis hermanas, sin ir más lejos, que crecieron en la misma casa llena de libros y sin tele que yo, tararean la música de moda y leen bestsellers.

Y nada de eso está mal.

Una manera de invertir la pregunta sería
¿Para qué vamos a dar educación a esta gente? ¡Míralos! Ellos quieren otras cosas.
Y bien mirado, es una pregunta interesante. Quizá se es feliz peregrinando donde Camiroaga. Who knows?