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13 de marzo de 2014

Vladimir I de Kiev El Grande

Hace un buen tiempo que no escribo
(digresión: ¿se han fijado qué volátil es la exactitud de un? Pequeño simpático vocablo, puede ser a un tiempo lo más preciso del mundo [con cuidado, amorosamente, Jonás depositó un solo grano de arroz] o cualquier vaguedad [sintió todo detenido por un momento])
                                                       . Estuve atrapado en un hoyo que no es alien a mucha gente que escribe: cuando el péndulo vuelve, y te das cuenta que no hay ya nada nuevo bajo el sol, que la gracia del universo es que todos remamos en la misma dirección sin saberlo, y por lo mismo, ¿Qué puedo tener para decir?. Estuve un tiempo en eso.

Pero entonces, Orhan Pamuk (a quien recomiendo encarecidamente leer), desde Me Llamo Rojo:

-       Todas las historias son las historias de todos -dijo Negro-. No son de nadie en concreto.

Bitches love tha beard yo'
Bitch come here and get some of this CROSS


Es claro que si yo soy todos, a todos les interesa lo mismo que yo.

Les comparto un poco de una maravilla:

Vladimir el Grande
Vladimir era un grande. La historia lo dice. Pero para entender lo grande que es, y lo trascendental para que hoy cuando pensamos en Rusia pensemos lo que pensamos, un poco de contexto:
 Es 972. Roma ya no existe como tal, pero el imperio elegante del momento es Bizancio (Bizancio, Bizancio, tu perla Constantinopla brilla en el Bósforo). Bizancio es riquísimo, Bizancio es grande, Bizancio es literalmente más católico que el papa, y sobre todo, Bizancio es más orgulloso que nada. Lleva 6 siglos aguantando las invasiones que le llegan del golfo pérsico y el oriente medio, incluyendo el recientemente (tres siglos) aparecido Islam como fuerza militar. En todo este tiempo, jamás ha concedido la mano de una de sus princesas a monarca alguno de los “bárbaros”, ni de oriente (sucios sarracenos), ni del norte (ningún interés en cruzar el Danubio), ni del oeste (Mal que mal, Italia era un desorden).
 El padre del Vladi, Sviatoslav (así es, you don’t get any more Russian than this), no debe haber sido muy bueno en reforzar la fraternidad entre sus hijos porque apenas murió, el uno mató al otro y el tercero (El Vlad) se mandó cambiar a Europa evitando el abrazo demasiado apretado de su hermano. Desde allí, reorganizó su armada y volvió a conquistar su propio principado, Novgorod, y de pasito todo lo que había alrededor (si ya estamos en eso…), unificando al fin y proclamando el gran reino del Rus.
Tráiganme a la hermana del Basilio porfa
¿Sería vino navegado eso, padrecito, lo que va a ponerme?
Por años, Vladimir de Kiev (que ahí estaba la capital del Rus', no en Moscú) propición y financió la reintroducción del dios del trueno de vuelta en el Rus'. Aquí es donde aparece lo grande. En una movida muy audaz para un bárbaro, se dio cuenta que si el Gran Rus' tenía que convertirse en un imperio de largo aliento, y no en algo efímero como los desastres de los reinos Francos, necesitaban un unificador: La religión monoteísta.
Dicho y hecho, envió embajadores a todas las grandes religiones monoteístas disponibles, en un vitrineo religioso sin par.
De los judíos, sus mensajeros dijeron: Perdieron Jerusalén. Su Dios les ha abandonado de seguro.
De los católicos de occidente, dijeron: sus iglesias no poseen belleza.
Finalmente, de los Católicos Bizantinos, después de la gran Eucaristía en la gloriosa Hagia Sofía (lucero de la antiguedad): “No sabemos ya si estamos en el cielo o en la tierra; ni sabemos como hablar de la belleza que hemos visto”. Tras una jugada sin par de hacerse bautizar con el nombre del emperador de Bizancio (Basilio), logró convencerlo de obtener la mano de su hermana ni más ni menos, convirtiéndose en la primera alianza matrimonial de exportación para Bizancio, y justos guardianes de la fe Ortodoxa de allí en más.

¿Y los Musulmanes, se preguntarán ustedes?. Es justamente allí donde la verdadera grandeza de Vladimir se muestra: dada su prohibición del alcohol y el cerdo, repone, cancelando la – interesante de todos modos – posibilidad de una gran Rusia Islámica:

“Beber es el gozo de todo el Rus'; No podemos existir sin ese placer.”

Porque el alcohol puede más que la política.



Them Vodkas all to the Rus'!
Bitches know no shit
Me being drunk as a moose
proclaiming religion and stuff