Si aún me lees por ahí, bajo el amparo del anonimato y el silencio como siempre fue,
La hora morada en Valparaíso volvió a ser lo que era antes, antes de todo, con todo el vacío y la incertidumbre y la nohora.
La única esperanza que queda es que el proceso de involución continúe y llege de vuelta a los 17, en este cuerpo de 22, y me dedique a rock & set the controls for the heart of the sun.
2 comentarios:
Quizás no sea una regresión. Quizás es un espiral que cruza momentaneamente por el mismo punto mientras describe un radio cada vez más amplio, avanzando lentamente.
Es cierto, estoy en un lugar extraño y que no reconozco, haciendo cosas nuevas que extrañan a mis manos.
El universo es fantástico.
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