Siempre (dígase toda mi juventud hiperextendida; dado que pasaba todo el día leyendo, tuve como 3 infancias) pensé que yo sí quería hacer "huesos viejos". Vivir para sieeeeeeeeeempre, a lo Gilgamesh, recorrer el mundo y hacer cosas tan pero tan bacanes que no quedase otra que ser inmortal para estar a la altura de mí mismo. Luego conocí gente que no quería llegar a ser viejo; idea no desconocida, pero hasta ese entonces asignada a beatnicks y otros individuos de esa calaña, desencantados del mundo y más que comprometidos con el live fast, look beautiful, die young. Estos no. Estos eran gente que estudiaba sus serias carreras, emprendía serias vidas y en general no iban descocados por el mundo.
En esos tiempos rebatía como pájaro joven recién enjaulado: con un poco de torpeza y convencido de mí mismo. Ahora que los (pocos) años me han ido enseñando un poco de prudencia, y en general, a dudar de todo lo que pienso, ya no estoy tan seguro. ¿Para qué quería yo vivir tanto? Ah, para llegar a. A lo que sea que tenía que llegar. Pero tarde o temprano a uno le cae la teja que en la vida no se llega a ningún lado, sólo se va. De un lado a otro, como los lesos, o los locos, o los santos, o los genios. De un lado a otro.
Así ya no parece tan inteligente vivir hasta viejo. Al final la cosa se trata de disfrutar lo que sea que estés haciendo. Disfrutar bien. Permítaseme ilustrar mi punto:
Jane Birkin
Estos son los sesentas, y ella es una de las mujeres más lindas del mundo. Anda por Europa con los pezones a quien se los quiera fotografiar. Canta, actúa, hace escenas en pelota con Brigitte Bardot, hace la película en que George Harrison hizo su primer trabajo solista (ella se llama en ese filme... Penny Lane). Pero da lo mismo. Si me piden, yo hago las mismas cosas. La gracia es que ella lo hace con ESTA cara:
And then years go by:
Seamos justos, es una mujer de 65 años |
La única alternativa que pueda quedar es que uno vaya cambiando lo suficiente con los años como para mirar lo que hacía antes con nada más que ternura, y seguir haciendo la cosa nueva que es la que quiero hacer ahora. Ir de acá para allá en otro lugar, siempre otro lugar. Considerando todo lo que puedo cambiar en tan poco tiempo, es una posibilidad. La joda es que la única forma de averiguarlo es hacerlo y ver si resulta.