Advertencia

Este blog NO es el blog del Médico Juan - Ignacio Reculé Rivera. Si usted busca a ese facultativo, puede encontrarlo AQUÍ.

18 de mayo de 2012

Reeeeespetable públicooooo

A mí me gustan las hembras. En todas sus variedades, pero en general, debo reconocerlo, con IMC tirando a 20.

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Pero digreso.
Lo que vengo a decir es otra cosa:

A día de hoy, diez y siete días contados desde el inicio del mes honrado a Maya, diosa madre, y concurriendo un IMC que rebasa los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud para la normalidad, declarándoseme así una patología reconocida por el CIE-10, situación no repetida a saber desde antes del comienzo de mis años puberales, yo, declárome oficialmente a dieta y campaña de ejercitación física.

¿Y qué chucha me importa? se preguntará usted, mon cheri lector.
Queda usted, por lo arriba descrito, inmediatamente intitulado para:

- Severamente recriminarme en público si me ve ingiriendo azúcares de bajo valor biológico
- Alimentarse a voluntad de cualquier comida no necesaria que yo esté ingiriendo
- Golpearme en caso necesario.

Use this power wisely.

16 de mayo de 2012

Hoy estaba atardeciendo a todo chancho sobre Santiago.

15 de mayo de 2012

Not implying anything this time,
pero la imagen es demasiado buena.

14 de mayo de 2012

"Implying stuff"

No sé, quería decir eso y éste es mi blog. Implying stuff.

10 de mayo de 2012

Herida Narcisista + Reminder

Este post es dos post en uno, por eso el título. Yo pienso mis posts en el metro, en el wáter, en los ratos muertos de la urgencia, mientras me cepillo los dientes. Los amaso, preparo frases broncíneas que luego se me olvidan, los maduro, y paf, un día me siento y los hago. Estos los estaba amasando juntos y terminaron por mezclarse.

Renato diría que estoy perdiendo el rumbo, y probablemente tenga razón, pero debo reconocer que siento un cierto grado de satisfacción en salir tarde. Ese placer ligeramente físico del cansancio, de la hora de oscurecimiento y saber que todo quedó hecho. Salir pensando por eso mismo realmente me gusta lo que hago. Y es que me encanta. Probablemente lo que me satisface mucho es jugar al doctor: me entrega esa dosis de poder que no he logrado apartar de mi personalidad, y de regalo la gente queda contenta con ello. Win - win situation. Miro a Bordeu (el becado), que se queda hasta tarde, con sus ojeras como portaviones (que en opinión de Camila no le restan al poderoso atractivo de su sonrisa), pero en verdad, se nota que le gusta. No está sufriendo por estar allí. Yo tampoco. Lo cual me hace ver, primeramente, cuánto mejor estoy ahora respecto de cómo estaba. Me gusta esto. Me gusta sentirme un poco molido con sensación de misión cumplida. Me gusta demorarme un rato en que las pacientes queden felices como lombrices.

Y maldita sea sí, qué fácil sería convertirse en trabajólico. Es una repetición de la trampa adolescente, si me permiten la digresión. Esa en que te enseñan a ser un caballerito y respetar a la dama, y cuando llega la pubescencia y te golpea en la cara (y en los huevos), te das cuenta que no tienes puta idea de qué hacer (incluso, de cómo defenderte) si la dama en cuestión es la que lidera el cachondeo. Lo mismo pensaba yo, qué fácil es no ser trabajólico, quién quiere estar todo el día trabajando pero, pero cuando haces algo que te encanta qué. Qué. Qué con la adrenalina de lo inmediato, la recompensa de lo bien hecho, el goce de la responsabilidad. Ain't gonna be easy, boy. 

Narcisos. De colores.
Y mientras estoy ahí, jugando a leer mi futuro, es inevitable echarle una miradita a cómo está ahora el campo bajo el sol, y si todo está bien en el estudio, nada más mandatorio que mirar el otro lado - mi lado, y mi lado es que no hay nadie a mi lado. Helado. Tengo el narciso herido. True, estoy en un proceso de reingeniería y trabajando para usted y creciendo como crecen los bichos que empupan y salen de colores brillantes, pero no puedo dejar de pensar que tan mala imagen no puedo tener. La idea la redacté el otro día en el metro, mientras con mi traje de turno cerraba el libro de Baudelaire que estaba leyendo y me paré y dije bueno, parece que soy lo que dije que iba a ser. The multikid. Dispuesto a contentar las multitudes y satisfacer la opinión familiar, el niño quizá ni le plansha ni le cocina, pero le estudia la carrera rentable, le lee poetas de cumbre, le recita puemas y le canta canciones, le hace teatro, le escribe con fluidez, le habla de diversos temas, le arma la fiesta y se la anima, le sale a escuchar música jazz y docta, le carretea con decencia y empeño, le participa de investigación científica lo mismo que talleres literarios.

Modestia aparte (cosa que, seamos francos, no me cuesta nada hacer), parezco tener un portfolio bastante bien aspectado. La pregunta sale como con resorte entonces ¿por qué tan solito?. Y damn, la única respuesta que hace sentido es que el problema no está en la carta de presentación. Está conmigo. Something must be broken within, como para que siendo objetivamente a nice guy, a la larga termine siendo un unlikable guy. Y eso es lo que me tiene con herida narcisa, eh.

7 de mayo de 2012

Semper Eadem

«D'où vous vient, disiez-vous, cette tristesse étrange,
Montant comme la mer sur le roc noir et nu?»
— Quand notre coeur a fait une fois sa vendange
Vivre est un mal. C'est un secret de tous connu,

Une douleur très simple et non mystérieuse
Et, comme votre joie, éclatante pour tous.
Cessez donc de chercher, ô belle curieuse!
Et, bien que votre voix soit douce, taisez-vous!

Taisez-vous, ignorante! âme toujours ravie!
Bouche au rire enfantin! Plus encor que la Vie,
La Mort nous tient souvent par des liens subtils.

Laissez, laissez mon coeur s'enivrer d'un mensonge,
Plonger dans vos beaux yeux comme dans un beau songe
Et sommeiller longtemps à l'ombre de vos cils!


«¿De dónde te viene - me dijiste - esta tristeza extraña,
que sube como la mar por la roca negra y desnuda?
- Cuando nuestro corazón ha hecho ya su vendimia,
vivir es un mal. Este es un secreto de todos conocido,


Un dolor por mucho simple y nada misterioso
y, tal como tu alegría, rutilante para todos.
¡Así que deja de buscar, oh bella curiosa!
y aunque tu voz sea dulce, ¡cállate!


¡Cállate, ignorante! ¡Alma en constante arrebato!
¡Boca de risa infantil! Con más fuerza que la Vida
la Muerte nos tiene atados con lazos sutiles.


Deja, deja a mi corazón embriagarse de una mentira, 
hundirse en tus ojos bellos como en un bello sueño
¡y dormitar largo tiempo a la sombra de tus pestañas!

Fleurs du mal, Las flores del mal, Charles Baudelaire, 1861. 
(Trasliteración al español mía).


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Así, así tal cual, Charles. He llegado a creer que estoy en la buena senda, a punto de tropezarme con lo mismo que yo escribo en letras de siglos. No puedo negar que el hoyo en el amor propio es grande, pero la recompensa es aún mayor. Parra, Auden, Baudelaire: cada vez que he entrado (porque son como una piscina espesa, e infinita como un océano, en el que hay que sumergirse por completo) en la obra de uno de ellos, como de refilón, como por si acaso, me he hundido en mí mismo con fuerza, con asombro, casi con lujuria. Esas letras obscenas y malditas que son mis letras no dichas.

Creepy Guy. Es como el sujeto de pelo grasoso, callado,
que se sienta en la última fila y fantasea pornografía
medieval. Y probablemente lo era, nada más que de pasada
es uno de los mejores poetas de la historia de la lengua.
Cuando uno se enfrenta a Baudelaire hay que tomar una postura. Pese a lo que pareciera, sus poemas son de una sutileza genial, enloquecedora. Metido en medio del romanticismo más obtuso, recargado de frases amorosas, de ojos como zafiros y rostros de ébano, Baudelaire renuncia a renunciar a estos esquemas. Por el contrario, usa y abusa. Y ahí podría uno tomar la primera postura, dejarse llevar por la innumerable repetición, casi pleonásmica, del deux, del deuce, del dulzor almibarado con que describe todo lo que no sea él mismo, y decir, sí, este tipo es el clímax del romanticismo, su métrica elegante, su spleen melancólico, su uso de las figuras del gato, del demonio. Pero Baudelaire va mucho más allá.
Utilizando la jaula de finales rimbombantes por excelencia, el soneto, logra algo que yo no se lo he visto a nadie más que a él: el mejor verso del poema nunca es el último. Cuando nuestro corazón ha hecho ya su vendimia, / vivir es un mal. Concha desu madre. Y así todo el tiempo. cada poema es un pequeño retrato de su poética completa, una poética que nace acabada porque lo bonito ya fue, y sólo quedan los preámbulos que anuncian la decadencia, la obscenidad, la grosería. Y no se cuida de hablar de putas ni de nada, está ahí, en el centro del fin, anunciando su caída como albatros viejo.

Y por otro lado, viejo, Semper Eadem.



4 de mayo de 2012

Word Problems

La paciente entró al box y yo lancé una de mis frases prefabricadas, preprobadas, infalibles si van acompañadas de una cálida actitud de no problem, i'm in charge, qué te pasó. Comenzó a desnudarse un poco, y yo leí en voz alta que llevaba unos días desde su parto, que al parecer tenía una infección y que estaba con algo de fiebre. Sin respuesta. Camila, la volví a llamar. Puta ya me tocó una crazy bitch, pensé para mis adentros, esto se viene con alteraciones de la perso
Se subió a la camilla y yo la miré, un poco perplejo. Insití en intentar la conversación antes de pasar directamente a su vulva (consejo que nunca, nunca, en ninguna situación, puede ser malo), a lo que ella comenzó con ininteligibles articulaciones con las que finalmente me dio a entender que no hablaba nada, que era sordomuda.
Full of fun, hubo que comunicarse con un papel en que le hacía preguntas, le explicaba cosas, y ella me consultaba de vuelta.
Ilustrado: un dolor de cabeza.
O un upcoming bukkake session.
Usted elija
Lo que quiero rescatar está en el lenguaje. Era de una familia modesta, modestísima, y se comunicaba con ellos con gestos. Eran tan humildes que ni siquiera manejaban lenguaje de señas, pero ella sabía escribir, escribir a una velocidad que jamás había visto en un paciente del Sótero, y con una caligrafía mejor que la de muchos de mis compañeros. Lo que me llamó la atención era la conjugación. No podía hacerlo. Hablaba en sustantivos y verbos infinitivos. Me preguntó ¿Cómo sentir dolor cabeza? (sí, con ZETA!) en un papel, intentando saber por qué le dolía tanto la cabeza y qué tenía que hacer para que se le pasara.
Ahí me detuve un segundo. Un segundo en ese mundo abstracto, silencioso, de conceptos casi absolutos en que ella debía vivir. Sin lenguaje oral, con un lenguaje de gestos, sin conjugar. Un mundo empírico, sin transiciones, casi de puras verdades. Intenté imaginar vivir en eso donde no hay un lenguaje que corte la realidad en casilleros, sólo la experiencia proveyendo un mínimo lenguaje para interactuar, el resto pura realidad; paradojalmente, pura sensorialidad y experiencia. Makes you think, yo.

***

La segunda paciente tenía una semana de dolor. Una semana de dolor en la que había consultado a cuatro médicos, había iniciado y suspendido un curso de antibióticos, le habían hecho una ecografía abdominal y propuesto una cirugía, le habían dado tres diagnósticos diferentes. Una semana de dolor cólico típico de trastorno funcional. Una semana de vil, común, desagradable colon irritable. Una semana de que le dijeran, como yo, esto no es una urgencia, tienes que vértelo en un consultorio, no puedo ofrecerte tratamiento acá. Malditos trastornos funcionales.
Me la quedé mirando mientras le explicaba eso, y dejé un momento de silencio. Y la miré. Y hice lo que a todos les carga que haga en la urgencia, pero lo hice igual porque ya eran las 12 de la noche y quedaban pocas pacientes en la cola, y le pregunté ¿ha cambiado tu estilo de vida últimamente? ¿algo pasó en tu casa?. Sólo eso. Y se le llenaron los ojos de lágrimas y sólo asintió, y se las ennjugó, y tímidamente me preguntó si eso podía tener algo que ver. Porque sin saberlo, ella sólo necesitaba eso, alguien que le dijera que sí, que le dolía la guata porque su vida estaba patas arriba, y que no era ridículo y que tenía solución. Se fue con una sonrisa, contenta.

Es tan simple. Es tan simple.

2 de mayo de 2012

Stream of Consciousness

Hoy conversando por Feisbuk, mi amiga me dice
A los 26 era un poco mas rica y no tenia hijos ni arrugas 
Solo un futuro esplendor y un cuerpo perfecto
(sic erat scriptum for the missing diacritics)

y no sé por qué me imagine un pillow talk en el que trato de convencer a una mujer genérica de que es hora de dormir porque al otro día tengo que estar temprano en el hospital, a fin de cuentas no soy doctor y estoy estudiando, y luego me rondó esa idea de cómo le suena a la clásica ice-breaking-line ¿y tú a qué te dedicas? la respuesta yo estudio medicina versus yo soy doctor, y luego pensé que justamente estoy ahí en ese lugar y le puse un nombre de bronce

Soy la Promesa de Mí mismo
Soy constantemente el espejo de lo que voy a ser

y qué fuerte lo he sentido siempre
esperando a ser lo que voy a ser, rutilante el futuro
pero luego
luego me di cuenta que ya no es así
porque las promesas hay que hacérselas a alguien y yo ya no tengo a nadie a quien hacerle promesas
porque a mi hija no le hago promesas, sólo le cumplo cosas y ya.

Luego pensé que para tener un futuro hay que tener un final
las cosas inamovibles no se perturban pues son infinitas, inmodificables
y recordé que soy inmortal
y más infinito
que otros infinitos.

1 de mayo de 2012

The More Loving One

Looking up at the stars, I know quite well 
That, for all they care, I can go to hell, 
But on earth indifference is the least 
We have to dread from man or beast. 


 How should we like it were stars to burn 
With a passion for us we could not return? 
If equal affection cannot be, 
Let the more loving one be me. 


 Admirer as I think I am 
Of stars that do not give a damn, 
I cannot, now I see them, say 
I missed one terribly all day. 


 Were all stars to disappear or die, 
I should learn to look at an empty sky 
And feel its total dark sublime, 
Though this might take me a little time.

- The More Loving One, Wystan Hugh Auden



Muy adecuado al clima. Auden es una maravilla.
Tuba mirum spargens sonum
per sepulcra regionum


El dulzor de las almendras desperdigado
entre el salar de tu boca, amor
amor que aún no eres el amor mío

El suave pedal de una nota pianíssimo
y el ulular de las cactarias.

El sonido que emiten las rocas del desierto
al cantar por las noches.

Cosas que imagino, que imagino en torno tuyo, amor,
amor que aún no eres mi amor.

Las bocas de la hidra y el vuelo de los pájaros prehistóricos
el verso de mi sangre rozando en los capilares
las sombras de la fiebre.

Colores de arcoiris para ojos que ven
otros rangos del espectro en atmósferas distantes.
La rígida, monumental masitud de la montaña
su cohesión ingobernada,

                                                               Yo imagino estas cosas,
                                                            Yo, yo amor
                                                         y en el fondo, en su arroyo subterráneo
                                                      (porque todo es líquido en la mente)
                                                   a ti te vislumbro
                                                pecera luminosa
                                             que contienes cada pez estelar de los planetas.