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Este blog NO es el blog del Médico Juan - Ignacio Reculé Rivera. Si usted busca a ese facultativo, puede encontrarlo AQUÍ.
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10 de octubre de 2011

Epifanía

De todos los lugares posibles, ayer en el supermercado.
Yo no estaba tan mal vestido, pero no iba preparado, claramente.
Tenía el pelo largo, suavemente ondulado, castaño muy muy claro pero que no alcanzaba a ser rubio. Los ojos eran de un celeste (porque no eran azules) marino, salado, profundísimo, hermosos y almendrados; la nariz recta coincidía con el porte elegante y la perfección de unos labios generosos delineados con exactitud exquisita.
Vestía una chaqueta estilo militar, enbordonada y con cientos (literalmente) de pequeños botones, entallada, unos jeans rasgados, y toda la belleza de la que un solo cuerpo se puede hacer cargo sin generar fusión fría en el aire.
Me paré en seco. Probablemente es la mujer más bonita que he visto. Tuve una genuina reacción física al verla, me cambió la respiración, probablemente se me abrieron las pupilas para poder ver las de ella como dos pozos en medio del mar.

Me saqué los audífonos, y me di cuenta que tenía que tomar una decisión. JI, puedes hacer dos cosas en este momento. Ir, mirarla con cara de cordero y decirle eres la mujer más hermosa que he visto, o callar y aprender a vivir con que no lo hiciste. Y no se trata solamente de tener los cojones y la tranquilidad de eventualmente hacer el ridículo, es tanto, desgraciadamente, tanto más; se trata de volver a preguntarme quién cresta soy ahora - siempre el ahora, siempre con la sombra del que era antes -, qué cosas quiero, qué cosas puedo hacer. Creo que incluso sería más fácil si no pesara sobre mí la espada de Damocles del conocimiento que dice ya he hecho esto antes pero es aún peor porque inevitablemente viene ligado el y dios mío que bien te salió y más aún es lo que mejor te ha salido, porque pesa, porque pesa y daña y no es un grado más de libertad, es un grado menos.

Qué es lo que quiero ahora. Qué es lo que hay que hacer.
Y sé que la pregunta es viciosa y malvada desde el principio, sé que no hay un hay que hacer, sé que es mucho más probable que la flaca del súper no haya sido la mujer de mi vida y no es mi culpa dejarla ir.

Pero diantres ya he estado aquí, ya he hecho esto, qué es esta cadena que me atrapa, qué es este frío y esta inmovilidad y este montón de considerandos y post-pensamientos y vueltas de rueda que ahora hago antes de hacer las cosas, cuando yo solía sólo pararme y decir wow, eres hermosa.

¿Estoy mejor o estoy peor?
Y nuevamente sé que la pregunta está mal formulada, this is not a contest and there's no wrong and no right. Pero me es difícil que no lo haya.

A veces quiero una vida de selección múltiple con hoja de respuestas.

Ella era hermosa, hermosa, como un sol, como dos soles, como una galaxia completa, como el espacio por completo vacío, innominado, sospechoso, y absolutamente sin límites (desconocido) que hay entre las galaxias, como burbujas de un universo que sólo crece. Y yo no se lo dije.

Mientras me alejaba (mientras ella se alejaba) resonaba en mi mente un poquito del Tao

Si quieres que algo se contraiga,
primero debes dejar que se dilate.

Si quieres deshacerte de algo,
primero debes dejar que florezca.

Si quieres tomar algo,
primero debes dejar que te sea dado.

Esto se llama la sutil percepción
de la forma en que son las cosas.

¿Quién puede esperar tranquilamente
mientras se asienta el lodo?

¿Quién puede permanecer inmóvil
hasta que llegue el momento
de la acción?

El problema parece ser saber.

1 de septiembre de 2011

Tatuaje

                         Les presento mi futuro tatuaje. Es un kuang-lóng, un dragón de luz. Y estoy más contento que los perritos nuevos con el boceto que me presentó Marlon Parra, mi tatuador.
¿Cuál es la gracia de los dragones, JI?
                         Los dragones hacen su guest appearance en un montón de culturas; los tienen los anglosajones, los pueblos africanos, los pueblos de medio oriente, pero son los dragones chinos los que a mí me interesan. Contrario a lo que se suele creer, el dragón no es un símbolo de sabiduría; por el contrario, los dragones son intempestivos, poco sabios, pero buenos por naturaleza. Por lo mismo, exploran, aprenden, están sedientos de encontrar la verdad y lo hermoso. Todos los dragones chinos vuelan, tengan o no alas, porque su tendencia natural es ascender al cielo (y se les debe representar siempre con la posibilidad de ello, de otro modo es faltar el respeto al dragón); el dragón es yang, es principio activo, es luz, es externalización. Los dragones son criaturas quiméricas, siempre compuestas de los atributos de otras nueve criaturas. En el período Ming se aprobó un edicto que prohíbe a cualquiera salvo el emperador, vestir representaciones de dragones de cinco garras. Además, sólo el emperador puede vestir nueve dragones a un tiempo; y aún así, ni siquiera él puede mostrar los nueve dragones, pues al menos uno debe estar oculto. La persona de siguiente rango puede vestir uno menos y mostrar uno menos que el emperador (además los grandes señores pueden tener dragones de hasta cuatro garras, y los nobles intermedios, de tres garras), y así.

                        Yo me voy a poner mi lóng en mi pierna derecha, ascendiendo al cielo. Porque también soy un animal quimérico, lleno de disímiles y múltiples aficiones, talentos, y características. Porque quiero que a donde me lleven mis pasos me lleven de forma impetuosa, llena del vigor del dragón. Tendrá cuatro garras porque el emperador se debe a su pueblo, y yo no me quiero deber a nadie más que a mí mismo y a mi hija. Porque puede subir al cielo desde la tierra. Porque es mi animal protector según mi zodiaco (junto a la libélula y el escarabajo, que yo elegí), y representa la parte de mí que más se muestra al mundo. Lo voy a poner asociado a los caracteres

 聖
宙
光
symbol of dragon

                                          que son sagrado, universo, luz, y dragón, para recordarme a cada paso que debo seguir la luz, y que el universo es sagrado (versos 27 y 29 del Tao, los más importantes e iluminadores para mí), y que mi dragón es un dragón de luz.

Y porque se va a ver a toda raja.

22 de mayo de 2011

En Breve



Sí, realmente perseguimos mentiras mal impresas, ideales que no son nuestros, deseos aprendidos. Hay que operar varios pacientes al día para poder tener plata para vivir una vida de satisfacciones que hagan que el stress de operar varios pacientes al día valga la pena. Hay que tener una casa grande y poder adquisitivo para que nos perdonen el no estar nunca. Hay que tener mail y teléfono celular y un automóvil para poder hacer todo rápido, todo ahora, todo antes, para poder hacer harto y merecer todas las cosas que nos van a permitir poder hacer todo rápido, todo antes, todo harto.

Le explicaba a mi hermana el otro día la lógica aberrante de las ciudades; más de la mitad de una ciudad existe para sostener a la pequeña parte que produce reales recursos, que son los que mantienen a la gran mayoría que entrega servicios de sostén que permiten la existencia de dichos recursos. Grant Morrison lo propone en The Invisibles: Las ciudades están vivas. Son criaturas de los planetas, tienen sus propios códigos y lenguajes, sus propios planes, programas y objetivos. ¿Realmente, my fellow humans? ¿Trabajar de 8 a 8? ¿Para qué?

Y parece que con todo eso el regalo de mí mismo se desvanece, no tengo tiempo de hacer lo que me gusta porque necesito cumplir con los requisitos para poder tener tiempo de hacer lo que me gusta. Me estoy saturando de esto. Hay mucha información, hay mucho que hacer, hay muchos productos y servicios y consumibles.

We chase misprinted lies 
We face the path of time 
And yet I fight 
And yet I fight 
This battle all alone 
No one to cry to 
No place to call home 

Oooh... Oooh... 
Oooh... Oooh... 

My gift of self is raped 
My privacy is raked 
And yet I find 
And yet I find 
Repeating in my head 
If I can't be my own 
I'd feel better dead 

Oooh... Oooh... 
Oooh... Oooh...