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15 de agosto de 2012

Ventajas Comparativas

Anoche fui a una fiesta gay. Válgame añadir, mi primera fiesta gay. Susana fue mi chaperona, mi Virgilio; David fue Luzbel mientras yo era Fausto. Entonces, lo esencial:

a) Lo pasé incríble.

b) No, no me agarré/tiré a nadie. 

c) No, no por falta de oportunidad.

De todos modos, este blog aún no cae tan bajo como para sólo remitirme a bitacorear mis eventos, así que les traigo un tema. Tema que arrastro desde hace un tiempo, y que esta fiesta nutrió poderosamente como evento experimental.

¿En qué está el éxito de la homosexualidad?

La homosexualidad no es nueva, todos en algún momento de la media nos dimos cuenta cónchales, los griegos vuelta y vuelta; los sodomitas han legado hasta hoy el nombre, y cada cierto tiempo un gran hombre nos recuerda que siempre han estado allí, como Wilde o Turing.

Las investigaciones realizadas en bonobos sobre homosexualidad en primates superiores hace ya rato que dejaron de ser anecdóticas para convertirse en un corpus consistente de evidencia. Por lo mismo, no soy en modo alguno novedoso cuando observo que la homosexualidad pareciese conformar un fenómeno habitual entre los sexuados, añadiendo valor a la línea que tantos han intentado borrar entre reproducción y sexo.

Sin embargo, es evidente que la tendencia homosexual no es precisamente eficiente a la hora de perpetuarse evolutivamente; de hecho, si fuera una tendencia exclusiva, desaparecería por completo. A menos, por supuesto, que sea un caracter que viene de suyo con otros elementos que sí son adaptativos. De ello y la observación de la transversalidad de la homosexualidad en animales, se puede desprender una primera hipótesis: La sexualidad es la expresión variable de una capacidad adaptativa, la reproducción sexuada, y estos son dos elementos separados.

Esto es importante pues así como lo importante es tener pelo para proteger la cabeza (y da lo mismo que el pelo sea rubio o negro o colorín), en la sexualidad la capacidad sexual es lo que se perpetúa, no el estilo de su uso. Leído en forma inversa, la homosexualidad es una de las consecuencias posibles de la sexualidad, una de muchas manifestaciones de un abanico. 

Sin embargo, es evidente el boom que ha tenido la homosexualidad en los últimos años. Una mente tranquila podría quedarse con que siempre estuvieron allí, nada más que ahora los vemos. Yo prefiero ser más aventurado; me parece que el fenómeno merece más interpretación. Y dada mi formación, no puedo no enfrentarlo así:

¿Qué tiene la homosexualidad de adaptativo?

Si la reconozco como una conducta habilitada por la capacidad sexual, y reconozco que ha sufrido una selección positiva en el último período, tiene que ser porque algo aporta al individuo; esta manifestación del abanico se ha convertido en mejor. Y como siempre, la respuesta se desprende de la observación.

Los homosexuales funcionan como comunidad, o por lo menos muchos de ellos, y los más visibles de ellos. Hay un sentido de pertenencia, un sistema de reglas y códigos comunes, e incluso, de protección y apoyo. Sistemáticamente han enrolado algunas posiciones sociolaborales; ser un diseñador gay es un plus frente a uno hetero. 

Sin embargo, creo que el sentido de pertenencia va mucho más allá. La comunidad homosexual está proveyendo un nicho que resulta satisfactor de un cúmulo de necesidades generadas por el sistema mainstream actual. Ahí está su secreto: la serotonina. Se saludan siempre de abrazo y de beso, y de cuando en vez, con una caricia; todos se conocen con todos (y en algunos casos, todos han agarrado con todos), y si no se conocen, bum, se acaban de conocer y problema resuelto. Es una comunidad basada en el afecto físico y la sonrisa. Es, por ello, una respuesta tremendamente funcional a un mundo que condena el tacto y la individualidad. Si todos son medias locas, se pueden reír de ello con soltura. Y es justamente esa la gracia: la soltura, el "sin ataduras", la plasticidad relacional.

Nuevamente la realidad me subraya lo que alguna vez dijo Roberto Musa sabiamente: la homosexualidad no existe. Sólo existe la sexualidad. Y la expresión de ésta debiera ser, por supuesto, adaptativa al individuo para con el medio; me queda más que claro en qué sitio está la comunidad gay.